Capítulo 14

3.5K 511 28
                                    

Jungkook.

Atrapo a Jimin de su muñeca y lo hago girarse para mirarme. Sus mejillas están rojas y está respirando rápidamente, todavía tratando de recuperarse de su orgasmo. No llegó a provocarme, sólo monto mi polla hasta correrse y luego simplemente desapareció. No hay nada más sexy que un chico confiado que toma lo que quiere, pero no es así como funciona esto.

—No lo creo, dulzura —gruño.

Atrapa su labio inferior en la boca y lo chupa. Mi polla late, recordándome su difícil situación. Todavía está recubierta por sus jugos húmedos y ahora quiero verlo caer de rodillas y lamerlos.

—¿Entiendes lo cerca que estaba? ¿Con qué facilidad podría haberte levantado y empujar dentro de tu pequeño culo caliente?

Deja escapar un chillido de sorpresa.

Alcanzo la parte de abajo de su camisón y empujo dos dedos dentro de su canal. Sus ojos se abren y se fijan en los míos mientras bombeo mis dedos dentro y fuera.

—Y es mi trabajo asegurarme de que este pequeño culo apretado esté preparado para mí. ¿No es verdad? —Retiro mis dedos y agarro mi polla, usando mi humedad para acariciarlo arriba y hacia abajo—. Respóndeme.

—S-sí —tartamudea, volteando su cabeza y bajando la mirada al espectáculo que estoy dando.

—Podría hacerte daño. Hacerte sangrar. No queremos que eso suceda, ahora ¿no?

No responde. Sus ojos azules sólo arden mientras me mira en un desafío silencioso.

¿Qué coño?

Mis bolas me duelen por la necesidad de estar dentro de él, pero no puedo. No hasta que haya resuelto mi pasado con Dahyun. Cuanto más cercano me vuelvo de Jimin, más lo entiendo y no quiero lastimarlo. Lo compré para pasar un buen rato y desahogarme, pero en algún lugar a lo largo del camino, se convirtió en algo más. Desde esa primera mañana cuando Hoseok lo miró con interés absorto, algo cambio en mí. En él. En nosotros.

—La respuesta es no, Jimin. No quiero hacerte daño. —Fuerzo las palabras de mi boca.

Elabora un suspiro tembloroso.

— ¿No se supone que un esclavo sexual, no sé, en realidad tenga relaciones sexuales con su amo?

El deseo de tomarlo se convierte en un dolor físico, pero me obligo a mantener la compostura.

—Estás ansioso, ¿eh? —Arrastro la punta de un dedo húmedo a lo largo de su labio inferior y siento como inhala bruscamente.

—Me compraste, esperando algo a cambio. Llámame loco, pero pensé que era como funcionaba esto —desafía.

—Vamos a dejar una cosa clara. No quiero un esclavo sexual. Quiero un compañero. Un amante. Llámame conservador, pero no me gusta el término esclavo. —Le pagué a Jimin por estar aquí… él no está cautivo contra su voluntad.

— ¿Un amante? —pregunta, levantando una ceja.

—Te conviene, eres mi pequeño secreto sucio. Un hombre mantenido —le recuerdo, alisando una mano por su trasero, mirando una vena latiendo en su cuello. No podía dejarlo cuestionar mis motivos. Eran demasiado jodidos para que incluso yo los pensara, y mucho más para admitírselos. No me encontraba dispuesto a dejar que Dahyun jodiera otra cosa en mi vida, planeaba arreglar las cosas con ella, y luego haría mío a Jimin.

—Quítate la camisa.

Todavía me está mirando masturbarme, por lo que le lleva un minuto responderme… su mirada atrapa la mía y sus manos se mueven para levantar la camisa por su cabeza.

Miro mi polla en la mano y luego de nuevo a su boca. Jimin cae con gracia de rodillas entre mis pies y con impaciencia lleva su boca hacia mí.

Jodeer.

La dulce calidez de su boca mientras lame la punta de mi polla envía un rayo que me atraviesa. Aprieto mis abdominales y entrelazo mis dedos en su pelo, introduciéndome más en entre sus labios. Levantando su mirada hasta la mía, me lleva más profundo, dejando que controle el ritmo con el que penetro su boca. Empujo mis caderas hacia delante a un ritmo lento, queriendo que esto dure el mayor tiempo posible. Acuna mis pelotas, las masajea y gruño de sorpresa cuando les da un pequeño tirón. Mierda. Este chico es bueno.

—Tócame —suspiro, y Jimin obedece, envolviendo una mano alrededor de mi base y bombeando al mismo ritmo que su boca. Su ritmo es perfecto. Mi tronco brilla con su saliva y las sensaciones son suficientes para enviarme en espiral hacia el límite demasiado pronto. Apoyo una mano en mi escritorio cuando mis músculos se tensan.

—Jim... —susurro una advertencia débil. Me chupa fuertemente, ahuecando sus mejillas, y mi cabeza cae de nuevo hacia mis hombros cuando me vacío en su interior.
Traga cada gota, como un maldito campeón, y no puedo resistirme a inclinarme para besar su boca experta. —Eso fue jodidamente increíble.

—Me alegra que te haya gustado.
La ayudo a ponerse de pie y beso su cuello, su barbilla, la punta de su nariz. —Eso es un eufemismo.

Se enrosca en mí y lo sostengo. El contacto físico estrecho es algo a lo que no estaba acostumbrado. Dahyun nunca fue cálida ni se acurrucó conmigo y perdí a mi madre cuando tenía doce años. Suena tonto, pero ansiaba la sensación tierna, y el calor de un cuerpo suave. La intimidad en el sentido más básico de la palabra ha estado ausente de mi vida durante mucho tiempo. Se siente bien sólo abrazarlo.

—Cocinaste para mí —murmuro contra su garganta, cuando el comienzo de nuestra noche vuelve a mí.

—Trataba de ayudar —susurra.

Los sentimientos me abruman y me aferro a él, envolviéndolo con fuerza en mis brazos.

—Gracias por los macarrones. —Le beso en la sien, sabiendo que estoy en un gran lío.


Jimin

Después de lavarme la cara y cepillarme los dientes, paseo hacia la cama vistiendo sólo un par de bragas. Llámame loco, pero hay algo que me gusta de saber que lo tiento, pero por alguna razón todavía no va a hacer nada sobre ello.

Pero en lugar de mirarme desde la cama, como esperaba que hiciera, Jeon tiene la mirada fija en su teléfono.

Su ceño está fruncido. Teniendo en cuenta lo duro que acabo de hacer que se corra, no tengo ni idea a que se debe su mal humor.

— ¿Qué sucede? —pregunto, arrastrándome sobre la gran cama junto a él. Baja su teléfono y levanta su mirada a la mía.

—Una de mis acciones se está hundiendo —dice.

Está mintiendo. No revisaba su desempeño de las acciones. Antes de que la pantalla se oscureciera en su teléfono, pude ver que se enviaba mensajes de texto con alguien, sus dedos volando sobre las teclas mientras la ira hervía dentro de él.

Lo dejo pasar. Quienquiera que fuese, no es algo de lo que él quiera hablar conmigo, y teniendo en cuenta el progreso que estamos haciendo, no quiero arruinarlo. Por supuesto, tengo una innegable curiosidad sobre su pasado, pero por ahora, tengo que aceptar los pedazos de sí mismo que está dispuesto a compartir.

SUCIAS Y HERMOSAS MENTIRAS #1 - |kookmin| +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora