Al llegar al apartamento, Jaemin entró como de costumbre; sin hacer mucho ruido, dejó sus llaves en el porta llaves y se quitó los zapatos. Se detuvo un momento, no muy lejos de la puerta y respiró profundo, inundándose de la paz de su hogar.
—DONGHYUCK PAYASO CARE MOJÓN— gritó, aunque no muy fuerte para que la vieja ladilla de su vecina no saliera a joderlo por andar gritando groserías. No esperó a que Donghyuck apareciera, sino que se fue a la cocina para servir la comida en lo que al vago de su roomie le diera la reverenda gana de parar el culo de la cama.
Al rato, se escucharon las patas de Donghyuck arrastrándose en el suelo, en dirección a la cocina.
—Que molleja vos, yo pensaba que no ibas a llegar nunca— se acercó a la barra donde se sentaban a comer, pa ver qué había comprado Jaemin. Más, en lo que medio asomó la jeta en esa vaina, Jaemin se le tiró encima casi que pa comérselo.
—A LA VERGA MARICO SOS TÚ VALE, TE AMO CHAMO, VENÍ PA DARTE UN PAR DE BESOS— Donghyuck empezó a gritar como jevita mientras trataba de apartar a Jaemin, porque lo de los besos era en serio y andaba tratando de acercarlo a él mientras ponía los labios en pico de pato.
—VACIÉ DALE PA ALLÁ VOS, FOS, ¿TE PICA ER CULO ES QUE ES?— Jaemin se rió mientras volvía a su tarea anterior, Donghyuck se dedicó a mirarlo feo. —¿Qué verga es pues? Habla claro, otros días ni con las patas me dais, ¿qué te pasó, te cayó el bono ese? Yo te dije que te había escaneao' ah bueno—
—No marico, algo mejor que eso— hizo énfasis en "mejor", Donghyuck peló los ojos. —Y por cierto, no me ha caído el bono, piazo embustero, ve si me escaneas porque tengo que comprar unas vergas— le sacó la lengua mientras le pasaba su plato con la arepa.
—Ah pues, callate esa jeta y me contais, dale— chasqueó los dedos, pa después zamparle un mordisco e dinosaurio a la arepa. Esj, Jaemin arrugó la cara.
Jaemin empezó a contarle todo, desde su trifásica arrechera y cómo se planteaba matar a Donghyuck y botarlo pa un monte en Mitare, hasta donde le dejó su número al catire bello de la calle del hambre. Donghyuck se empezó a reír a lo desgraciado mientras gritaba porque se esperaba cualquier vaina menos a Jaemin y sus encantos de chancero.
—Ajá, ¿y vos creéis que te va a escribir?— preguntó, zampándose otro mordisco de la arepa.
—Ah pues Donghyuck Armando, si yo lo que soy es un papi— sonrió orgulloso. —Además, ese ya cayó en mis encantos, le fueras visto la cara uffff— casi que se babea ahí mismo, el que estaba partídismo era él.
—Y vos como que también caísteis en su belleza descomunal, porque ¿de cuándo acá vos coméis aguacate muchacho er diablo?— señaló, haciendo referencia a la arepa pepiada que Jaemin todavía no se había comido por andar babeándose por Jeno.
—Ay cállate voj, comete tu arepa es que es, yo veo cómo me jarto esta— Donghyuck se rió. Era verdad, a él no le gustaba el aguacate, y por andar de webo alegre se la iba a tener que zampar porque si no, iba a pasar es hambre oyó. —Ahora te toca lavar los platos, por marico—
—AH NO JAEMIN, YO SIEMPRE LAVO LOS COROTOS, QUE BOLAS LAS TUYAS CHICO— ahora Jaemin era quien se reía mientras Donghyuck chillaba.
Aunque, en realidad, Jaemin pensaba más en lo que su roomie le había dicho: ¿Jeno iba a escribirle o sólo lo ignoraría?
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Por fin había terminado su turno.
Jeno salió del pequeño local y se sentó en uno de los bancos que estaban al frente, mientras esperaba a Taeyong, quien hacía el turno de la noche. Ahora estaba con su teléfono en una mano y en la otra tenía el papelito donde aquel chamo, Jaemin, había anotado su número de teléfono.
"Escríbeme, papi bello ;)" Jeno rió al recordar el comportamiento lanzado y atrevido del chamo pelinegro que había atendido esa tarde. Aún si le había parecido divertido, coqueto y muy atractivo, estaba inseguro sobre dar el siguiente paso y escribirle, le daba pena y no sabía si era lo correcto.
Porque ajá ¿quién le decía que no era un bicho loco que le iba a sacar los riñones y lo iba a dejar pa un monte botao'?
—Ni siquiera sé si me sirven...— suspiró rendido, descansando las manos sobre sus piernas, para segundos después seguir mirando el papel cuestionándose sobre qué hacer. Un rato después, sintió que alguien se paraba detrás de él y apoyaba sus manos sobre sus hombros, se cagó ahí mismo, casi que se le cae el teléfono pal suelo.
—Acho mijo cuidao, ve que no hay plata pa otro— era Mark. Jeno rió intranquilo, seguía dándole vueltas al coco y con Mark ahí no iba a llegar a nada, ese lo iba era a chalequear. —¿Qué tas haciendo?—.
—Nada— tartamudeó cuando intentó responder casi enseguida, Mark arqueó una ceja y se acercó más a Jeno.
—Quejeso, pa ver— y Jeno de agüeboneado, se dejó quitar el papelito con el número del chamo chancero. Diantre voj, pero pa muchacho lento, él. A Jeno no le quedó de otra que suspirar y prepararse mentalmente para el chalequeo de Mark. —Esooo matón, ¿quién es Jaemin, el jevo, el cuadre, el culito?— mientras mencionaba las posibilidades, codeaba a Jeno para molestarlo.
—Mark, deja quieto a Jeno que debe estar cansado— Taeyong intervino cuando notó la clara cara de molestia y cansancio que tenía Jeno, Mark dejó de molestarlo y comenzó a sobarle la cabeza. —Jeno, mi tía dice que vayas a comer, tú no te preocupes que yo cierro todo— ahora le sonrió con toda la paz que irradiaba ese ser.
Jeno asintió y se despidió con la mano. Mark se pegó atrás de él porque quería saber quéloque. —Ajá, habla claro pues, ¿te tas chanceando a una gente por ahí? Diablo voj, estos muchachos de hoy en día...— chupó los dientes y negó con la cabeza.
—Acho qué tenej voj, deja la intensidad— Jeno manoteó a Mark. —De paso que no es peo tuyo a quién me cuadro a quién no, pa que sepas— Mark hizo una mueca de ofensa, pero Jeno no le paró bolas.
—Bueno disculpa pues, uno nomás quiere saber quién es el próximo cuñado y lo tratan a los trancazos, erga—.
Coño pero por qué Jeno era tan gafo.
—Es un chamo que atendí hoy— al final soltó la vaina, porque aparte de que no se aguantaba ante el jalabolismo disimulado de Mark, tampoco sabía qué hacer y a lo mejor el salío aquel lo ayudaba. —Es muy bonito, me taba chanceando y al final me dejó su número—.
—Jai papá— Mark se burló, pasando su brazo por el cuello de Jeno. —Viste, yo te dije, ese cortecito te quedó arrecho. También ir pal gym, a cualquiera le aguas el guarapo así— empezó a jalarle los cachetes a Jeno, pero el rubio se arrechó y le zampó un manotazo. —Uy, malasangre... Pero ya, ¿le vas a escribir?—.
—No sé—.
—¿Cómo que no sé, chico? tú si eres quedao vale— Jeno lo miró, aún con inseguridad. —Ve chamo, si el carajo te pareció bonito, usted métale, escríbale. Cualquier vaina mi papá es PTJ— Jeno sonrió un poco más calmado y asintió.
Era cierto, el chamo le parecía bonito y gracioso, no perdía nada por intentar.
Sólo quedaba armarse de valor y dejar de ser tan agüeboneado.
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๑ Relléname la arepa ⋆¸*ೃ Nomin venezuelan! AU (CANCELADA)
HumorJeno llevaba una vida relativamente normal. Vivía en un apartamento con su mamá, tenía un trabajo, amigos y estabilidad, milagrosamente para alguien que vive en Venezuela. Un día conoce a Jaemin, la descripción gráfica de un chancero con labia trifá...