El amor es guerra: la esposa del soldado

Capitulo 9: El elegido

Ella estaba inaudita, no cabía en su propio asombro. Sus ojos estaban dilatados, su respiración entrecortada y ella en si, petrificada.

Estaba en un estado similar a ella. "¿Pero que rayos acababa de pasar?" pense para mi.

Seguia contemplándola en un estado de shock. "¿Esto es en realidad posible?, ¿es posible?, ¿me oye?...no...no. Esto solo es parte de esta..."
-¿¡Damien!?- Esta vez, Genevievè gritó- ¡Damien!-salto de la cama con una sonrisa. Bajo las escaleras a enormes zancadas, para caer cuando faltaban solo dos, y abrir la puerta con singular alegría para encontrarse con...nadie. Su sonrisa se desvaneció y sus facciones se transformaron en miedo.-Oh, dios mio. Eso me faltaba. Estoy volviendome loca, ya no me queda nada de cordura y, escucho su voz.-su voz se quebró y cerro la puerta.

Estaba muy confundido, esto no era como las visiones anteriores pero, no podía pensar con claridad. Aun sentía que mi corazón saldría por mi boca pero, necesitaba respuestas y por reflejo supe que necesitaba mirar al coronel Henry. Me tuve que convencer para poder dejar de contemplar a Genevievè.

El coronel me veía, pero, yo ya no veía a Jacques.

-¿Que sucedió con Jaques?-mire a mi alrededor. Ya no estaban los demás aros. -¿Que paso con los...?-pero no acabe la frase.

-Damien. Eres el elegido. Lo supe desde el comienzo.

-¿A que se refiere, señor? ¿Donde esta Jaques?-inquiri.

-Salió de Chancilier de la verité. Su prueba finalizo, como la de Gastón. Solo que, a diferencia de Gastón, Jaques, tenia un buen corazón. Por eso no se fue con las manos vacías-sonrio.

-Desde que llegue aquí, no entiendo lo que pasa-dije confundido. El chancilier de la verité, se sentía mas pequeño de lo que sentí que estaba cuando llegamos. Debería de sentirse aun mas grande sin mis compañeros aquí. Las flores que tanto me habían hechizado ya no estaban. Y solo quedaba un solo aro. Genevievè.