Capitulo 7: La verdad, duele.

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El aro nos mostró tres mujeres.

La primera, estaba de pie de la entrada de una casa muy bonita. Su cabello era de un rojo muy intenso, y lo tenia a la altura de los hombros. Sus ojos tenían un brillo que destilaba felicidad y alivio. Sonreía mientras fijaba su felicidad a un punto vacío en el espacio.

La segunda mujer, se veía demasiado arreglada, no tenia la sencillez ni la mirada de ternura de la primera. Su mirada expresaba verocidad y lujuria. Se veía muy seria. Sin rastro de sentimientos...ni amor. No note quien era hasta que se quito el sombrero. Era la primera mujer. Ya no tenía esa dulce mirada, ni los labios rosas. No. Su cabello le llegaba hasta la cintura y, sus ojos buscaban a alguien con desdén.

Sus labios estaban teñidos de un rojo sangre y, sus ojos de un negro carbón. Tendrías que escudriñar demasiado para notar que es la misma persona que la primera.

Ya no llevaba el anillo que la primera si.

Seguí observándola hasta que note que alguien le dio palmaditas en el hombro, alguien desconocido que llego por atrás. El rostro de la mujer forzó una sonrisa y, siguió al hombre. Esto era totalmente irracional y confuso, voltee a la primera mujer, seguía sonriendo. Lo único que cambio fue que entrelazó sus manos y las coloco sobre su pecho. Pero, su mirada y sonrisa permanecían constantes.

Cuando regrese la mirada a la segunda, estaba en la cama, con el hombre de hace unos minutos. Ella sonreía y reía pero, su mirada era la misma.

Estaba tan absorto tratando de encontrarle sentido a aquellas dos visiones que, ni vi a la tercera mujer con atención.

Una mujer de largos cabellos naranjas (o al menos, ese color debió haber sido, porque ahora, estaban muy opacos), ojeras prominentes, ojos sin brillo y labios tan pálidos que, aquella pobre mujer parecía un cadáver. Habría pasado por cadáver tan fácilmente de no ser porque parpadeaba y soltaba leves sollozos. La observe con mas cuidado hasta que caí en la cuenta. Abrí los ojos como platos. Sentí que mi corazón se detuvo. Esa bella rosa seca, no era ni mas ni menos que...

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Hola, lamento no haber publicado hasta ahora. He estado en fechas de exámenes y, bueno, no es nada fácil (en especial si se trata de superarse) Así que he tenido que ocupar mis aun pequeños y escasos tiempos libres para estudiar.
Les agradezco su paciencia y, sus recomendaciones de lectura, las he disfrutado mucho.
-IlonidasKazami

El amor es guerra: la esposa del soldadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora