FRAGRANT NIGHT SKY (Kirito x Alice)

6-Baile de Flores Doradas

El hacha gigante blandido por el Orco pasó a centímetros del cuello de la caballero. Rodando por el suelo, Alice fue capaz de evitar el ataque mortal que descendió sobre ella.

El hacha se hundió en el pavimento como si estuviera hecho de mantequilla, y se escuchó un fuerte estruendo seguido de pedazos de piedra a volaren en todas las direcciones.

Alice se levantó y cargó contra el Orco, hizo girar su cuerpo para ganar velocidad, y lanzó un ataque diagonal de abajo hacia arriba, apuntando al vientre del Orco.

¡CLANG!

El sonido causado por el choque de ambas armas se escucho cuando el ataque de Alice fue fácilmente defendido por el Orco.

Alice dio un paso atrás, se inclinó y se preparó para atacar de nuevo. Siendo recibida por sorpresa por el hacha de Moricca en un movimiento horizontal.

-Grrr... - Gruñó Alice sintiendo la onda de choque causada por el impacto de las armas viajar desde su armadura hasta sus huesos.

El enemigo se estaba volviendo más rápido y más fuerte. Los recursos espaciales de ese sitio estaban siendo absorbidos con  velocidad por la pulsera que el Orco llevaba en su muñeca derecha. Los recursos se dirigieron hacia el cuerpo de Moricca, elevando la fuerza de su cuerpo a niveles mucho más altos. Ahora, un ligero resplandor que oscilaba entre el verde y el negro rodeaba el Orco.

-Soy realmente patética - Alice susurró mientras defendía otro ataque de su enemigo.

En esa vez, en lo alto de la catedral, ella había logrado resistir al payaso de fuego de Chudelkin, tiempo suficiente para que Kirito le diera un golpe fatal. Y el Orco que se enfrentaba ahora no tenía más de la mitad del poder de la arte sagrada de alto nivel que ella había enfrentado en ese momento.

"¡¿Me debilité tanto?!"

Alice pensó mientras  mordía el labio inferior y esquivaba otro golpe del Orco.

No, el problema no era su cuerpo. Su nivel de control de los objetos y de las artes sagradas siguió siendo el mismo. De hecho, incluso se habían aumentado, después de participar en la derrota de las dos personas más fuertes del mundo humano. El líder  Chudelkin y la administradora Quinella.

El problema en realidad eran sus dudas. Las dudas que rodean su cabeza desde que supo la verdad sobre su mundo y ella misma.

Y como en Underworld los pensamientos y deseos influyen en la fuerza de sus residentes. Todos estos dilemas que enfrentó Alice, le impidieron de usar sus verdaderas habilidades. Su alma estaba completamente atada por sus corrientes mentales.

Pero en el fondo, ella ya lo sabía. Ella sabía perfectamente bien lo que podía hacer una determinación inquebrantable. Había visto con sus propios ojos cómo esos dos chicos terminaron con los guerreros más poderosos del mundo humano uno por uno.

Si ella quería hacer lo mismo, entonces tenía que superar sus dudas para liberar su verdadera fuerza.

-¡¿Eso es todo?! ¿Es  solo esto el poder de un caballero? ¡En ese caso, yo, Moricca, podría destruir a cualquiera de ellos yo solo! - Gritó el Orco mientras balanceaba su hacha contra Alice.

La caballero saltó hacia atrás, aunque la hoja del hacha hizo un corte en su mejilla izquierda.

-Tch, esto no puede seguir así - susurró Alice mientras se limpiaba la sangre del lado izquierdo de su rostro.

-Tengo que ocuparme de ese brazalete primero, no puedo permitir que siga aumentando su velocidad y fuerza. Pero en mi estado actual yo...

-¡L-lárgate! - El grito de Selka desvió la atención de Alice.