A veces los padres hacen lo que piensan que es mejor para sus hijos, aún si eso significa que no sea lo mejor para ellos.
Shirou Emiya, un padre con problemas familiares trata de buscar a sus hijos en un futuro completamente disfuncional. Despertá...
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UN MUNDO FRAGMENTADO
No sabia cuanto tiempo llevaba en ese lugar.
No sabía cuál era su nombre.
¿Quién era él?
Las imágenes que trataban de pasar por su cabeza eran quemadas como una vieja tira de película, fusionadas con el olvido y el vacío mismo que lo carcomía desde su interior.
Juro que dio lo mejor de sí. Lucho y combatió con el gramo de poder mas fuerte que su cuerpo y alma le podían ofrecer. Su alma fue corrompida, partida y destruida sin piedad alguna por la intrusión de Lancer a su sistema, dejándolo completamente invalido en su posición.
¿Qué estaba diciendo?
Al parecer sus pocos recuerdos fueron capaces de hacerle recordar la razón por la que estaba en este punto, no sabia de donde venia, a que se refería, o siquiera quien era la existencia involucrada indirectamente en la situación en la que se encontraba.
Sus ojos estaban si vida.
¿Cuál era el número de proyección que llevaba?
No lo sabía.
Desde el momento en que sobrepaso la tercera el ser llamado y conocido como "Shirou Emiya" empezó a ser borrado de su propio cuerpo, dejando solo un cascaron completamente vacío y perforado de espadas por todas partes, haciendo que los pocos sentimientos que le quedaran se concentraran en la única sensación que lo abrumaba.
...Duele...
Una sensación caliente pero viscosa empaco su mejilla maltratada a la cual le sobresalían pequeñas cuchillas, volteando su único ojo funcional observó la razón por la que su cuerpo estaba en ese estado antes de usar su ultima proyección.
Muerte.
El olor metálico característico de la sangre lo invadió, el cuerpo sin vida o lo que quedaba dl mismo estaba tirado directamente a su lado. La cabeza de la quien alguna vez fue la persona que mas valoró en su visa ya no existía, ahora solamente quedaban pedazos de cráneos y órganos estirados alrededor de ellos.
Temblor.
Con sus oídos apenas funcionales pudo oír perfectamente la razón detrás del temblor que sacudía la cueva en la que estaba, los cuatros ojos de la deidad lo miraban furtivamente en busca de desahogar su infinita rabia contenida sobre él. El prana que había reunido el gran grial se estaba escapando de sus manos.
No sabe la razón.
Pero sonrió.
Y las palabras salieron de su boca mientras sentía como el mundo alrededor se volvía paulatinamente negro, aún si todo su cuerpo estaba siendo penetrado pro espadas, aún si la mitad de su rostro estaba siendo violadas por esta, no le importo en lo más mínimo soltar una pequeña risa.
