∆CUARENTENA∆ _ "TA€GI"

Solo una siesta

Cayó el cubo de agua entero a sus pies.

YoonGi creyó que TaeHyung podría bañar a ambos cachorros mientras que el hacía el aseo de la casa, mas sus pensamientos realistas le dijeron que no podría lidiar con aquellos dos traviesos caninos, y su teoría se calificó como verdadera al momento de entrar con productos de limpieza al baño y terminar con los pies mojados por un cubo de más de quince litros que no pudo ser precavido por TaeHyung, quien se encargaba de Holly, pero sus ojos se olvidaban de Yeontan a cada tanto.

El can de pelos nocturnos había tirado por accidente el recipiente.

TaeHyung suspiró fatigado, en un signo de rendición dejó escapar a Holly, en suma, el cachorro salió disparado hacía el exterior de la pieza, no sin antes sacudirse, como los de su especie, así mojando aún más a YoonGi, quien seguía con la mirada en todo el desastre.

—¿Necesitas ayuda? — YoonGi vio la mirada molesta de TaeHyung, más no se asombró, sabía que estaba molesto, pero no con él. De todas formas, él se había ofrecido a tal responsabilidad.

—Creo que ya hice todo lo que pude.

Bueno. Minutos más tarde, YoonGi regresó con Holly y Yeontan en brazos, pues el otro peludo también se había escapado en un descuido del otro humano rendido.

El peliverde incluso no le había importado mojarse en la sencilla bañera de acrílica, desde su lugar, con el cabello húmedo, distribuido en mechones con puntas más oscuras que el resto, sus shorts también húmedos le traían sin cuidado, el de piel canela únicamente apreciaba al pálido desde su lugar, intentando sostener a Holly; era el más pesado.

—No tengas miedo, cariño. — Esto iba para Yeontan, que iba a ser el primero que YoonGi enjuagaría al parecer.

Había traído un cubo con agua templada, y una secadora junto con las toallas de los perritos.

—Holly, ven aquí. — La voz del menor era más fuerte y el tono era claramente representativo de una orden; el perrito fue aprisa hacía el otro chico.

Era curioso, como TaeHyung y YoonGi antes podían pasar días sin hablarse, pero ahora parecía ser que los cachorros habían sido mejores amigos por un largo tiempo.

—Tú no eres el único sufriendo, Yeontan, mira al pobre Holly siendo castigado cómo tú, bebé. Por lo menos tu amigo te acompaña en el sufrimiento.

Mientras YoonGi decía aquellas palabras, TaeHyung sonreía de medio lado por lo consentidor que era YoonGi con Yeontan. El pequeño se sacudía todo el tiempo, odiando la sensación del agua por su pelaje de león, de esta forma, YoonGi tenía que soportar salpicadas todo el tiempo, más no se inmutaba y seguía hablándole melosamente.

—Ya estoy a punto de acabar, Yeontan. Pasaré la secadora por tu pelo y verás como te secas más rápido.

TaeHyung intentó hacer lo mismo con Holly. Mientras enjuagaba al caniche este solo miraba a su dueño.

—Holly— Dijo en corto el peliverde.

El perrito le miró expectante, pero TaeHyung no supo que más decir. Simplemente sonrió al cachorro y este lamió su mano.

Eso fue por la mañana. El día de la faena en casa no se había resuelto del todo, pero al menos los cachorros estaban limpios. Aunque no podíamos decir lo mismo de los humanos que ahí habitaban.

Después de haber cumplido de su responsabilidad como dueños, YoonGi se había ido a su cuarto a lanzarse con la misma ropa mojada que había aseado a sus pequeños, no había escuchado los pasos detrás suyos, pero segundos después de haberse lanzado en su cama, sintió otro cuerpo presionar con el suyo, recostándose encima de su espalda.