color boy ✧ hyeongtae

🎀 𖥵 ‹ birthday !

—It's my birthday, it's my birthday.

—¡Hey, Hyeongjunie! ¡Feliz cumpleaños, te llevaré un regalo pronto!— Jiyeong, la señora de los cachorros y mamá de Seongmin le gritó de pasada, mientras era arrastrada por los animales lejos de allí.

—¡Gracias y que tenga un buen día!

Hyojung y Yoojung no aparecían por ningún lado, por si fuera poco, Taeyoung tampoco.

Su madre le había hecho un desayuno y fue la primera persona que lo felicitó, la segunda fue Jiyeong, y luego la gente que lo conocía y solía ser amable con él.

Pero realmente quería encontrar a sus amigas o moriría de tristeza.

¡Ni un solo mensaje!

Ya era tarde, la bola de alumnos lo había arrastrado hacia el salón luego de que el timbre haya tocado.

Suspiró, sí, faltaron.

Las clases fueron un martirio, no porque no las entendiera o fueran aburridas, él simplemente se sentía solitario en su cumpleaños y al no prestarles atención, pasaron muy, muy lentas.

Enserio, de todos los días que podían haber faltado ¿Por qué hoy?

Pateó una pequeña roca, refunfuñando por lo bajo.

Cuánta frustración.

La tierra parecía habérselos tragado. Ni una mosca voló por su habitación cuando entró, la casa se sentía solitaria. Seguramente su madre estaba comenzando su turno recién.

Bajó lentamente, con su pijama de gatitos y rostro de sueño, tenía inmensas ganas de llorar en ese momento, se encontraba muy solo.

Sirvió de mala gana leche sobre un vaso y se echó al sillón prendiendo la tele.

No obstante, una cuerda salía debajo de este, yendo hacia quién sabe dónde.

—Si este es el momento en donde encuentro un cuerpo debajo de algún pórtico, no quiero saberlo.

Y él no tenía pórtico.

Muchas películas.

La siguió de manera lenta, de tanta curiosidad no aguantó.

Fue por el pasillo y llegó a la puerta del patio.

—¡Enserio, si hay un cuerpo aquí de verdad que no quiero saberlo!ㅡ Gritó al aire, dramatizandolo todo. Apretó el picaporte con su pequeña mano, y de una vez, lo hizo.

—¡Sorpresa!ㅡ El grito en conjunto que pegaron le hizo ahogar un jadeo.

Casi se cae de espaldas.

—Creíamos que jamás vendrías, llevamos mucho tiempo aquí— La pelinegra se quejó.

Había mucha gente en su pequeño patio, y su madre también estaba.

Las mujeres allí lo besuquearon como si no existiese mañana, en especial Choerry, esa chica desbordaba amor.

Youngtae, él también estaba allí.

Sintió mucha emoción, no lo negaría.

Cuando todos lo saludaron su madre lo mandó a cambiarse. Había olvidado sus fachas.

— Hyeongjun.

El contrario se alarmó al instante ¿Cómo podía escabullirse por todos lados sin hacer ni el más mínimo sonido? Daba miedo.

—¡Podría haberme estado cambiando!

Pasó una furtiva mirada por toda la figura contraria y tomó asiento en la punta de su cama.

—Bueno... No me hubiese molestado en lo absolutoㅡ Le guiñó un ojo con galantería.

Recibió en cambio uno de sus bonitos cojines, a los cuales ya estaba acostumbrado, en la cara.

—Gracias por venir— Sin mirarle a la cara le dijo.

Sintió como Taeyoung se levantaba y lo abrazaba por la espalda, ya era costumbre.

—Cumples diecinueve años, bonito— Depositó un suave beso sobre su cuello que lo estremeció. De acuerdo, eso no era costumbre—Feliz cumpleaños.

Salió un momento de su cuarto, pero al volver sacó una linda y gran caja con hoyos detrás de su espalda.

Tardó como cinco minutos en reincorporarse y quedar estático para que la cosa no cayera, hizo toda una maniobra que a los ojos de Song fue relativamente gracioso, e interesante.

—Bien, tardé cinco horas pensando en un regalo bonito y digamos que mis amigos son unos estúpidos para estas cosas, realmente. Pero sí, logré encontrarlo y espero te guste.

La caja se movía.

Repito, la caja se movía.

—¡Un minino!ㅡ Gritó.

Un lindo gatito negro estaba en la caja, con razón tenía agujeros. Y menos mal no tardó tanto en abrirlo.

—Lo metí recién, no te preocupes ¡Ah! Y ya tiene dos vacunasㅡ El de mejillas coloradas le observó rascar su cabeza con nerviosismo.

Pasaron unos segundos hasta que habló emocionado. 

—¡Es hermoso! Creo que le pondré Kuro... Sí, Kuro es perfecto— El minino estaba sobre Hyeongjun siendo acariciado. A los ojos de Taeyoung, era una escena muy tierna.

—Gracias, gracias, gracias— Repetía, tocando las orejas del felino.

De un momento a otro, del cual Taeyoung no estaba atento, el de pequeños rulos se levantó y acunó su rostro llenandolo de piquitos en todos lados.