Capítulo III

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Narra Herny

¿Qué pasa cuando la vida de alguien es muy lamentable? Sueña, crea su propio mundo en el cual todo es mejor que en la triste realidad, pero... ¿Qué pasa cuando sueñas y creas un mundo mucho más lamentable? Entonces simplemente te destruyes poco a poco, hasta que ya no te queda nada más que ese vacío que no sabes en qué momento se instaló ahí pero sí sabes que jamás se irá.

Lo último que recuerdo antes de irme a dormir era que estábamos festejando el cumpleaños de Arsi y ahora estaba en un hospital, ¿qué hacía aquí? Ni yo lo recuerdo, pero estaba llorando, había un cuerpo a mi lado y no lograba distinguir a través de mis lágrimas quién era, pero sabía que era alguien muy importante puesto que sentía como se estrujaba mi corazón al ver aquel cuerpo en la cama sin moverse "despierta, por favor, despierta" le suplicaba "no me abandones, no cuando íbamos a estar juntos, mi niño, despierta" e increíblemente funcionaba, era él, mi niño, mi calvo, mi Jesú', lo sabía y no porque pudiera verle la cara, pero esos ojos que me lleva los podría reconocer en todo lados, aunque se le notaban apagados y cansados, no había rastro de aquella chispa tan característica de él, me sonrió y me dijo "Te estaré esperando amor, pero no puedes venir conmigo, debes despertar tú" y la pequeña luz se fue esfumando mientras él se volvía a dormir pero de alguna manera sabía que era para siempre.

Me desperté a las 2 de la tarde con una resaca enorme y lágrimas en los ojos, un sueño, todo había sido sólo un sueño, estaba durmiendo en la misma cama que compartía con Jesús cuando nos quedamos a vivir todos juntos en la casa de Lexosi y sin quererlo mi mente se empezó a llenar con recuerdos de él conmigo, tantas noches ahí, la primera vez que dormimos como pareja para despertar y que él se encontrará con la sorpresa de que lo tenía abrazado y sin poder contenerse mi niño subió una foto para conmemorar el momento, siempre tan lindo él.

   - Heladito? Ten para que te sientas... Mejor... Her...ny? - me habló Maryan.

   - ... - Sabía que me hablaba, pero su voz se escuchaba tan lejana, no como mis recuerdos, que parecían tan cerca y reales, seguía inmerso en ellos hasta que unas manos en mi rostro me devolvieron a la realidad.

   - Por qué lloras Helado? - me preguntó el rubio preocupado buscando alguna herida

   - ...Je...Jesú' es...esta...estaba...muerto... - le dije tartamudeando a causa del nudo en la garganta que sentía.

   - NONONO, tranquilo, él no está muerto, fue sólo un sueño, de seguro está en su casa con Kiwi, pasándola bien, sin recordar que había quedado con nosotros para festejar mi cumpleaños - me dijo con una voz rota intentado contener las lágrimas - tal vez... - iba a seguir hablando, pero el timbre de la casa lo interrumpió - Ahhh, Voy a abrir, Lex no está, puede que sea él.

Estaba inmerso en mis pensamientos y hubiera seguido así si no hubiera sido porque escuché su voz.

   - Hola Maryan - dijo mi niño

Te estaré esperando, amor (Hersus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora