No soy su sirvienta. | JAEDO |

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Los ojos de Doyoung sintieron una molestia, era la maldita luz del sol. No podía creer que se le había olvidado cerrar la ventana.

Se dió la vuelta intentando dormir un poco más.

Fue justo en ese momento en que sintió la calidez que desprendía otro cuerpo a su lado, que recordó una cosa. Doyoung no tenía ventanas.

Se levantó de la cama rápidamente. "¿Qué mierda?" susurró.

Volteó hacia los lados, con algo de mareo por haberse levantando tan rápido y el dolor de cabeza que tenía en ese momento le hizo acordarse de lo que había pasado anoche.

Recogió su ropa del suelo, sus zapatos y antes de que caminara hacia la puerta volteo a ver a Jaehyun; su rostro perfectamente definido, su piel suave y blanca, sus largas pestañas y esos labios carnosos, era un hombre muy guapo.

Doyoung se mordió el labio, lamentando la noche anterior e intentando suprimir las ganas de besarlo de nuevo.

Casi se había enamorado de la forma en la que Jaehyun besaba, pero debía irse de ahí.

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Ahora ¿Qué se supone que debería hacer?

En ese momento Doyoung empezó a imaginarse una serie de situaciones de lo que podría pasar, como responder ante ellas y salir victorioso.

O incluso algo mejor, cómo hacer que desde un principio las cosas salieran a su favor.

Se paró en una esquina de su cuarto y empezó a actuar la primera situación.

Era él saliendo del cuarto con sus maletas, haciendo el mayor ruido posible para que su jefe saliera e impidiera que se fuera de la casa.

"¡No señor, claro que no!-hablaba con la voz más dramática que podía en su cabeza- Hice tanto por esta casa y así es como me pagan, hablando mal de mi, usandome para complacer deseos carnales-se puso una mano en la frente."

Nah. Muy de novela.

Se cruzó de brazos, era momento de la segunda situación.

Imagino que su puerta estaba abierta y el acomodaba su ropa, en eso entraba Jaehyun sorprendiendolo.

"¡Doyoung! ¿Qué fue lo que pasó anoche?"- fingió ser su jefe en una esquina de la habitación y luego cambió de lugar.

"¡No finjas que no te acuerdas! Tú... tú..-lanzo su camisa a su maleta, totalmente ofendido- ¡Mounstro! ¡Abusador de los derechos!"

Doyoung se detuvo a pensar, ¿Abusador?. Probablemente era demasiado, no era como que quisiera demandar al tipo o algo así, que tal si eso se le iba de las manos.

No, era demasiado intenso.

Momento de la tercera situación.

Doyoung se sentó en la cama, fingió estar en la sala de estar con una taza invisible en sus manos.

"Hola, Jaehyun. - puso la mirada más seria que pudo- Ya veo que pudiste dormir muy bien."

Espero por una respuesta imaginaria.

"¡Pues yo no dormí bien!- dejo la taza imaginaria a su lado- Me siento sucio, me siento usado."

Uy, esa sí le estaba gustando más, era dramática pero digna.

¿Debería empezar a practicar su llanto falso?

Había pocas cosas de las cuales Doyoung estaba orgulloso en su vida, una de ellas era su gran talento para la actuación.

¡Prepare Jung Jaehyun, porque voy a ganar esta vez!

Empezó a reírse, se sentía tan bien. Realmente quería callar al grosero e impertinente de su jefe.