Capítulo 4

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Altair



Toco la puerta de mi casa, mientras la pelirroja observa los alrededores.

Mi casa es miniatura en comparación al castillo donde ella reside, cuenta con un solo piso, dos habitaciones, la sala, el comedor y un pequeño baño. Es comoda y justo lo que necesitamos para vivir cómodamente solo mi madre y yo.

El día de ayer no había salido con mis llaves puesto que había pensado en regresar pronto, pero algunas cosas se complicaron. Espero a que mi mamá abra y en cuanto lo hace, me encuentro a una mujer demasiado preocupada.

—¿Donde estuviste? ¿Por que no contestabas mis llamadas? Estuve a punto de llamar a la policía para buscarte.

—Lo siento mamá, ayer pasaron muchas cosas.

—¿Quien es ella?— pregunta mirando a Uxia de espaldas.

—Señora—dice la chica volteándose.

—¿Que hace ella aquí?— cuestiona apenas ve su rostro, parece preocupada— ¿Por que esta contigo? Aléjate de ella.

—¿La conoces?— pregunto.

—Que pregunta tan estupida, Altair. Obviamente me conoce, ¿no ves lo asustada que esta solo con mi presencia?

—¿Podemos pasar?—cuestiono a cambio—. Necesitamos hablar.

Mi mamá se hace a un lado permitiéndome entrar y cuando Uxia hace lo mismo, le dirige una mirada de advertencia.

Caminamos hasta la sala, donde la pelirroja se deja caer en uno de los asientos tan tranquila que parece que esta en su casa. Yo me siento al lado de ella y mi mamá frente a nosotros.

—¿Quieres explicarme por qué estas con ella?

Cuenyo rápidamente lo que sucedió, mientras Uxia toma su mochila y bebe agua. Al terminar de relatar, mi madre me mira con una pizca de miedo en los ojos.

—Nunca debiste alejarte tanto. Pídele que se vaya y no vuelva.

—Señora Estela, eso es lo que mas quiero pero ante su reacción creo que no sera posible— contesta la pelirroja por mi.

—¿Entonces es cierto? ¿Soy el futuro Rey ahora?

—Sí, cuándo era joven, tu abuela me contó la profecía y cuando naciste tu, años después me di cuenta que serias ese hombre, intente alejarte de ellos pero al parecer no sirvió de mucho— cuenta cabizbaja.

—¿Que tanto sabe de mi familia?— pregunta mi acompañante.

—Sé que ahora solo vive tu madre, tu hermana y tu en ese palacio— contesta, Uxia la mira con los ojos entrecerrados—. Tengo mis contactos, niñita.

—Señora, creo que ya sabe lo que sigue. Su hijo es el futuro gobernante y ahora deberá recibir la educación necesario para hacerlo.

—¿Se lo llevaran?

—No, hicimos un trato. Un día en su mundo, un día aquí— intervengo.

—¿Confías en ella?

—Un poco quizá— contesto, a lo que la chica rie.

—Si me permiten, debo mandar un mensaje—- se excusa la chica levantándose.

Ella sale de la casa con la mochila en mano, espero a que lo haga y me dirijo a mi madre.

—¿Por que me lo ocultaste?

—Tenia miedo. Ellos no pueden mentir, pero eso no quiere decir que sean completamente sinceros, ocultan información. Pueden traicionarte en cualquier momento y tu eres solo un muchacho, no puedes ser Rey. Muchas hadas son ambiciosos, ya sea de poder, dinero o lo que sea y son capaces de matar por ello, no quería que te hicieran daño.

PROFECÍA. [LIBRO 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora