Reiniciar

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El clásico ardor en la garganta por el Tequila se hizo presente, sus ojos enfocados a la pantalla frente suya, centrado en la silueta de un par de amantes descubiertos.

Se podía escuchar la música a su alrededor, no muy alta, con el volumen suficiente para que, si alguien le hablase, pudiera escucharle sin problema y sin la necesidad de alzar la voz. Las luces bajas con un suave color rojo dando un ambiente casi erótico, erótico si la televisión no hubiera interrumpido su momento de relajación.

Namjoon podía sentir un par de miradas sobre él posiblemente de personas que lo conocían gracias a la televisión, noticias, o porque simplemente les interesaba su persona, después de todo estaba en un tranquilo bar gay, cualquiera podía interpretar su soledad como una invitación a su asiento lateral vacío.

—Deme otro trago. —pidió con voz relajada mientras deslizaba el pequeño recipiente de cristal hacia el barman, el hombre asintió y le sirvió al instante, devolviéndole el recipiente completo una vez más. Namjoon tomó el vaso de vidrio entre sus dedos y lo miró fijamente, analizando, esperando recibir alguna señal de vida de aquel liquido envenenado.

Relamió sus labios y lo acercó a sus labios bebiendo el liquido de golpe, volviendo a disfrutar del doloroso sabor del asqueroso Tequila. Lo odiaba, no entendía como a la gente podía gustarle, sabía horrible. Namjoon lo vomitaría si en ese momento emborracharse no fuera su meta.

¿No el hombre estuvo comprometido hace tan solo un año con ese empresario, que incluso fue su pareja por ocho años? —dijo la mujer en la televisión con un tono burlón mirando a una pantalla donde mostraban la fotografía de Jimin y Jungkook acurrucados en una banca de madera en medio de la noche, sentados, disfrutando de un momento a solas, pensando que no había moros en la costa.

Pues parece que no fue impedimento. —dijo un hombre negando con la cabeza con una sonrisa tonta dibujada en su rostro—Es un modelo, así son todos, ellos realmente no pierden el tiempo. —soltó con asquerosidad. Namjoon agradeció de no tenerlo en frente en ese momento, sino era capaz de tomarlo por el cuello y estrellarlo contra la pared.

Chasqueó la lengua y azotó el vaso contra la barra. Ignoró la mirada del barman y se apoyó contra la silla, obligándose a apartar la mirada de ese programa barato de chismes.

Sonrió, una sonrisa sarcástica se dibujó en su rostro. ¿Quién iba a pensarlo? Ahora Jimin era juzgado por ser descuidado con su relación con Jungkook, ahora todos lo clasificaban con el típico arquetipo de un modelo, como alguien que pasaba de cama en cama, como una persona que disfrutaba de su vida sexual y era juzgada por ella. Sin embargo, en este caso, Jimin no era así. Nada era como esas personas decían, como esas revistas y programas de chismes lo hacían. Ellos no sabían la verdad detrás de todo.

Todos ellos no sabían todo lo que los tres habían vivido. Namjoon, Jimin y Jungkook, una historia demasiado larga para ser contada.

Ya había pasado un año desde que su compromiso con Jimin se había roto, ahora era un hombre exitoso, millonario y soltero, no podía pedir nada más. ¿Verdad?

Una sonrisa ladeada, miró el vaso sobre la mesa, la empujó hacia dentro y al momento sin tener que preguntar, el vaso fue rellenado.

Si tuviera que analizar ese año y su significado, Namjoon en otras circunstancias hubiera dicho algo como doloroso o terriblemente solitario, pero en realidad, había sido un buen año. Había aprendido de sus errores, había entendido que no podía aferrarse a una persona que no lo amaba, no podía esperar ser correspondido por alguien que nunca lo valoraría y miraría como deseaba. La vida era demasiada corta para vivirla perdido en alguien que no valía la pena.

Reset [NamJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora