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Se encontraba saliendo del "trabajo" mientras en una bolsa cargaba las compras de ese día.

Su mirada era desinteresada, estaba cansado y solo quería llegar a dormir en los brazos de su fiel esposo mientras esté acariciaba su cabello con cariño como solía hacer.

Estaba llegando a su hogar cuando justo bloqueando la entrada, se encontraba su vecina Lana y su esposa Mónica quien la miraba desde el porche de su respectiva casa.

Lana al verlo llegar con un aire violento, se apartó un poco de la puerta, Mónica lo veía fijamente mientras se ponía alerta a cualquier movimiento.

Hello neighbor, oímos gritos está mañana y queríamos asegurarnos que todo estuviera bien.

–Buenas—correspondió el saludo de mala gana—. Nada de que preocuparse, solo una pequeña discusión con mi esposo, eso es todo—respondió mientras abría la puerta de su hogar—. ¿Algo más que se les ofrezca?

–Nada más—contestó no muy convencida la rubia—. Solo avísenos con confianza si les hace falta algo o les podamos ayudar con alguna cosa. Saludos a Luzu.

–Gracias, hasta luego—Y cerró la puerta suspirando con rabia—. ¡He vuelto!

Colocaba su abrigo en el perchero, solo pasaron un par de segundos para escuchar detrás de él—. Bienvenido. Ya está la cena lista por si quieres comer.

–No tengo mucha hambre, pero te agradezco—giró y pudo ver a su esposo parado frente a él con una gran mancha en el rostro. Se acercó lentamente y con su mano limpio está, el castaño soltó un leve quejido ante el acto—. No te maquillaste bien, te he dicho que no debes hacerlo, adoro ver tu rostro tal cual es.—Fue cuando recordó lo ocurrido hace un minuto—. La vecina estaba en la puerta, al parecer llevaba tiempo ahí. Te mandan saludos.

–No escuché que tocarán.

Pudo notar como Luzu había encogido sus hombros como si esperara que él hiciera algo. Vio como al tener su mano tan cerca de su rostro, retraía este con un rostro que mostraba miedo.

Acarició su mejilla sorprendiendo al más bajo, para con su otro brazo envolverlo. Luzu correspondió su abrazo tímidamente.

–debes estar furioso, ¿Verdad? —el castaño negó sutilmente mientras recibía caricias en su cabello—. Quítate ese maquillaje y vamos a dormir ¿Te parece? Mañana desayunaremos lo que preparaste esta noche...

Tomó de la mano a su esposo y se encaminaron a su habitación.

Ibai se colocó la pijama y se recostó mirando atentamente a su pareja terminar de limpiarse su cara ya con su pijama puesta.

Luzu se dirigió a su lado de la cama y se sentó para recibir un beso en los labios del contrario, para sentir el peso de su cabeza en sus piernas.

Comenzó a acariciar su cabello con gentileza.

–Buenas noches cariño.

–Buenas noches querido...

Seguía con el acto mientras trataba de ignorar el dolor que le ocasionaba el gran moretón que tenía en su mejilla.

Sorry [Luzbai]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora