Mañana fría

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Eran por las seis de la mañana, hacía un frío un tanto congelante que empañaba las ventanas y enfriaba las caravanas.

Estaba limpiando con mi mano izquierda la ventana mientras intentaba ver las demás caravanas, pero estaban rodeadas de neblina densa.
Alguien tocó la puerta, por lo que tuve que dirigirme hacia esta.

— Buenos días, Adam —saludó Kenia, ella llevaba un gorro que lentamente iba sacándoselo.

— ¿Qué necesitas? —Kenia se sentó en una silla próxima a mí y me analizó por varios segundos.

— Creo que el pelinegro está tramando algo.

— ¿Ya empiezas con eso, Kenia? Es solo un chico, déjalo hacer lo que quiera. Aún así la niña terminará muerta. —la mujer frente a mí frunció el ceño en desacuerdo y ladeó la cabeza.

— ¿Por qué debes consentir sus caprichos?

— Kenia, por favor. —la pelirosa esquivó mi sugerencia, siempre me apasionó la forma en la que sabía lo que quería decir.

— Dímelo. Es un crío que necesita sentar la cabeza y darse cuenta de que su trabajo es matar, como el de todos nosotros —suspiré agotado. Dirigí mi cuerpo a la puerta y rápidamente Kenia me siguió hasta quedar ella fuera del vehículo.

— Kenia —la mujer frunció el ceño una última vez cuando cerré la puerta frente a ella—, encárgate de los invitados. —dije desde dentro de la caravana viendo a Kenia por la pequeña ventana de la puerta.

[...]

Me lavé el rostro y levanté la cabeza hacia mi reflejo mientras tarareaba una estrofa de alguna canción vieja, creo recordar que su nombre era Girls Just Want to Have Fun. Salí del cuarto y me acerqué a una pequeña cocina mientras veía la neblina fallecer para dejar ver otra vez las caravanas más próximas. Al terminar de desayunar, caminé hasta "el punto muerto" de los invitados.

Este lugar con su mágico nombre -ironía obvia- era una localización donde todos los invitados que pasaran su recinto tendrían el privilegio de morir en manos o frente a nosotros, el circo de psicópatas.

Al llegar pude darme cuenta de que los que mayoritariamente estaban ahí eran hombres con familia y adolescentes despreocupados, por lo que les di una pequeña plática antes de que les pasara algo. De un momento a otro en el punto muerto apareció el compañero de Caín.

— ¿Qué haces, Adam? —preguntó. Me giré lentamente hacia el chico mientras lo observaba.

— Ocupado. —musité volviendo la vista hacia los invitados.

— Perfecto, porque te necesito ahora mismo —dijo juntando sus manos mientras cerraba los ojos al sonreír, luego los abrió clavando la mirada en mí mientras me observaba serio, a veces sentía miedo de estos jóvenes—. Tienes cinco minutos.

Asentí con el ceño fruncido. La mitad de los ya mencionados jóvenes con los que trabajaba me trataban de inferior siendo que era el encargado de todo -sin llegar a ser jefe del circo- y esto me molestaba. Al terminar de conversar con los que próximamente pasarían a ser cuerpos sin vida, fui hacia el compañero de Caín y lo observé unos segundos en silencio.

— ¿Me necesitabas? —pregunté mientras me sentaba en una silla que me ofrecía el pelirrojo.

— Si te he dicho que te necesito será por algo, ¿no crees? —respondió. Cambié mi postura a algo más recta mientras lo miraba—. Kenia y tú sois muy amigos.

— Eso es cierto.

— Demasiado amigos —interrumpió el pelirrojo.

— ¿Adónde quieres llegar, Rex?

— Rex es mi nombre dentro del circo —suspiré frustrado, él lo noto y cuando intentó continuar lo interrumpí.

— No tengo tiempo, Rex —me levanté, pero rápidamente el pelirrojo tomó mi brazo con fuerza—. Suéltame.

— Explícame porqué sois tan amigos y te soltaré, es tan fácil como eso.

Tragué grueso antes de contestar— No tengo porqué darte explicaciones.

— Oh, claro que tienes, Adam. Dímelo. Explícamelo —recalcó por último.

Levanté la mirada, y allí, en el fondo del lugar, no se encontraba nada, pero serviría para distraerlo.

— ¡Oh por Dios! ¿Qué es eso? —creo pensar que él miró hacia el fondo, por lo que intenté escaparme, pero se aferró más a mi brazo, haciendo que yo soltara un quejido.

— Dímelo, Adam.

— ¿Qué te pasa, Rex? ¿¡Acaso te gusta ella!? ¿La quieres? ¡Pues ve con ella, tienes el camino libre! ¡Pero suéltame!

Él me miró fijamente, sus ojos pintados de negro y los mechones pelirrojos que caían por su rostro no dejaban ver lo muy probable: que a él le gustara.
Rápidamente me soltó, haciendo que yo me levantara he intentara huir. Nunca tuve miedo de mis compañeros, oh, claro que no...pero cuando cada uno de ellos estaba a solas, se convertían en una verdadera bestia que podía desgarrar tu alma.

Y es que, hasta el más animado y feliz, cuando se quedaba solo, se transformaba en aquella monstruosa idea de un psicópata.

Algo que nos caracterizaba a solas, pero que en manada no tenía nada que ver con nosotros.

***

Intenté tomar las riendas de la conversación una vez que ella y yo nos quedamos a solas. Sus labios color fresa y sus pómulos levemente rosados observaban la mesa ya desde hacía varios minutos. Yo, mientras tanto, me había limitado a mover mis anillos con los dedos de la misma mano.

— Entonces...

Ella me interrumpió— Es imposible, Adam. Él lo sabe, yo lo sé...tú lo sabes.

— No, él no tiene idea. Sino lo dejaría pasar.

Kenia levantó la mirada, haciendo que esos preciosos ojos miraran los míos. Los dos tenían ese punto exacto de trauma y perturbación, por lo que dejaban una conexión, Nuestra conexión.

— Soy mayor que él, y yo...bueno, él tiene mucha vida que vivir. Yo no tanta.

Le miré, extrañado y con gran preocupación. ¿Había algo que no me había contado? ¿A qué venía eso de "yo no tanta"?

— Kenia, ¿pasa algo? —ella sonrió mientras negaba, y un pequeño hueco se hizo en mi alma—. ¿Estás segura?

Ella asintió esta vez— Muy segura. Te lo prometo. ¿Recuerdas que yo siempre cumplo mis promesas?

Y se formó otro hueco en mi alma, como si una bala hubiera pasado dos veces por mi cuerpo, intentando dañarme. Pensaba que yo ya estaba dañado desde hacía tiempo y que sería difícil volver a hacerlo, pero no lo estaba tanto como pensaba.
Ella nunca cumplió sus promesas, y supuse que estaba olvidando cosas.

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⏰ Last updated: Oct 20, 2021 ⏰

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Circo de psicópatasWhere stories live. Discover now