Alexander 20

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21 de marzo 2029

Alexander

Cuando Lucia cruza la salida, el ambiente se sume en un silencio sepulcral, verla en todo su esplendor es una mierda... tan cerca, pero a la vez tan lejos.

Observó como Felipe intenta calmarse, luego de las palabras que le dedico mi mujer con tanto cariño

Nótese el sarcasmo

Él no dice nada, se coloca de pie y se dirige hasta su despacho, sé que no está enojado con ella, sino con el mismo, sabe que la cago, y lo compruebo cuando Robert me mira, sé que ambos estamos pensando en lo mismo, alguien que no fuéramos nosotros se lo debía decir, pero no estaba preparado para esa conversación...

Horas más tarde

-Nunca había visto a mi hijo así...-Dice Felipe mirando por el ventanal polarizado que está en mi oficina, su mano derecha tiene una foto de la que era su familia, en donde se ven su esposa, Alessia, Gabriel recién nacido, los tres muy felices, la cual rápidamente vuelve a guardar en el libro favorito de la susodicha.

-Le hacía falta una figura femenina, que no fuera mi hermana- antes de que hable lo interrumpo- y no digas nada sabes que tu hijo no quiere a Luzmila -Le digo mientras intento leer los documentos de la investigación, por el rabillo de mi ojo veo como se dirige a los estantes y ordena el libro que tenía en su mano.

Puta mierda, esto no puede ser.

-Los asesino...-Digo en un murmuro, tirando los papeles a un lado.

-Si- confirma mis palabras- tengo la hipótesis, que ellos descubrieron que su empresa realmente no había sido desfalcada por completo, ya que un seguro los respaldaba, pero claro, este hombre se encargó de sacarlos por completo de Italia, y años después decidido deshacerse del problema...-menciona aún de espalda manteniendo la mirada en el montón de libros.

En ese momento dirigimos nuestra mirada a la puerta Robert llega a la sala

- ¿Sara por fin te soltó la correa? -Ataca Felipe, con su mirada de burla fingida

- ¿Cuál correa? -Pregunta él retóricamente, rodando los ojos.

-La que llevas allí-Le señalo con mi dedo índice su cuello-Además de la baba de perro que derramas cada vez que se te acerca, te habla, o simplemente respira...

-Si, cabrón ya entendí, vine a decirte que incendiaronlosconsultoriosdeLucia-Habla rápido.

-!! Putain d'italien ¡¡-Tiro todo lo que hay en mi escritorio mientras mi respiración es agitada..

-Debes calmarte Alexander, el abogado me notifico que ayer en la tarde recibió la notificación, en donde se pide expresamente revocar el poder y recuperar las empresas que por derecho le corresponden, hablando de esto, ya se lo comentaste a ella, es importante que esté lista. -Dice Robert, de los tres es más calculador eso se retribuye a que piensa todo con calma y en muy pocas ocasiones lo he visto enfurecido y menos mal es así, no quisiera que mi hermana estuviera con un patán.

Antes muerto.

- Estamos en la cuenta regresiva, debemos continuar con el siguiente paso, la posesión de las empresas. -Dice Felipe sin inmutarse por mi repentino ataque de ira.

-Eso es un maldito suicidio-Digo desesperado, removiendo mi cabello.

-Si, pero es la única alternativa...-Habla Felipe sentándose en el sillón que está libre al lado de Robert.

-Mi mujer es la "carnada", debe haber otra alternativa-Digo haciendo comillas con mis manos en la última palabra.

-Es la única forma, por algo no hemos estados recluidos en este despacho día y noche-Dice de mala gana Felipe.

Maldita sea

-Preparen todo, partimos a Italia-Digo- ¿Robert tienes los documentos? -El susodicho asiente y luego añade

-Si-Me entrega una carpeta-Esta es la copia, tengo los originales, en un lugar del que nadie sabe cómo lo pediste.

-Bien, ¿el plan sigue en marcha?

-Si, me llevare a Sara y Gabriel, no quiero que estén aquí cuando esto explote.

-Bien, pues buena suerte.

-Y tú- Le pregunto a Felipe.

-Aún lo preguntas, imbécil- luego de decir esas palabras se va, sin decir nada más.

Para este momento Lucia ya debe saber la verdad de lo que paso con sus padres, me preocupa que en tan poco tiempo se ha enterado de tantas cosas que me da miedo que entre en depresión, o decida no seguir con el plan y lo que me preocupa no es el dinero esto pasa a un segundo lugar me conozco y conozco a mi esposa, antes de todo esto, teníamos una buena posición económica, yo como empresario y ella como médico en una clínica privada. Si bien ya no sé qué esperar de ella, mentalmente a ha crecido muchísimo, su madurez es impresionante, quizás la antigua Lucia me hubiera convencido de huir, y no enfrentarnos a una batalla en que quizás algunos de nosotros pierda la vida, ella hubiera preferido que estuviéramos a salvo, pero también es cierto que la avaricia marco un antes y un después en la vida de la linda chica que en estos momentos me está mirando fijamente con sus ojos rojos, aunque no puedo sentir su dolor, porque nunca he pasado por un situación similar, puedo entenderla, sintiendo aparte la impotencia de ser yo, uno de los causantes de sus lágrimas, también está el hecho del responsable de todo esto, no puedes apropiarte de algo que no te pertenece, ni ir matando a las personas que te estorban solo por dinero y poder.

Me pongo de pie, y me acerco lentamente, ella no retrocede cuando estoy a milímetros de su cuerpo, puedo percibir que su cabello desprende el olor de mi shampoo, y debo esforzándome por de verdad no besarla, porque todos estos meses he estado fantaseando con hacerlo, la estrecho contra mi pecho y no pasa un segundo cuando escucho sus fuertes sollozos, la tomo en mis brazos y la llevo hasta el sillón en donde queda en mi regazo, sacando su dolor, apretando mis hombros, y sintiendo como su cuerpo vibra con fuertes espasmos, que provocan que su llano sea cada vez más fuerte. 

Al final todo regresa. (Saga Italiana #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora