Al final todo regresa. (Saga Italiana #1)

Lucía 3

1 noviembre 2028

Sebastián y yo recorremos todo el centro comercial.

-Eres peor que una mujer, estoy muy cansada-Sebastián me mira divertido por mi sufrimiento.

-Mira ese que te parece-Vuelvo hablar después de un silencio cómodo.

-No creo-Me dice, y evito rodar los ojos.

2 horas después...

Sebastián compra un traje a su medida, color azul oscuro, no es por nada pero le queda fabuloso, claro está que no se lo diré.

Yo por otro lado ya tengo mi vestido, es  rojo,  queda pegado a mi cuerpo, de solo un hombro, quedando el otro totalmente destapado. Sencillo pero bonito. 

A eso de las 7 de la noche termino de cenar y empaco mi vestido en su caja de forma en la que no se arrugue, y así mismo  lo llevó en una mano, mientras que en la otra llevo una maleta pequeña con dos mudas de  ropa cómoda, trajes de baño, maquillaje, objetos de uso personal, ya que la boda será en una bella propiedad de la familia de Sara.

Mierda 

Debo confesar que me siento nerviosa ya que veré a la familia de Alex y además iré con otro hombre, y aunque seamos solo amigos, no puedo evitar sentir estos nervios, aunque, pensando bien las cosas, no debería de sentirme culpable o nerviosa ya ha pasado un año.

Si aja, repítelo hasta que te lo creas.

Mi teléfono se enciende con un  nuevo mensaje.

Sebastián. [7:50]Ya estoy abajo.

Lo dejo en leído, y cuando abro mi puerta lo veo recostado en su auto, mirándome. Sin embargo no siento  nada con su mirada, sin embargo, no puedo evitar fruncir el seño, como logro entrar, si debe pasar un control.

Deja de pensar tanto

Pero aun así siento esa mirada que no encuentro pero que se que está allí, la verdad no se si me estoy volviendo loca.

Mierda

Cierro la puerta con llave y saludo a Sebastián con un beso en la mejilla.

-Hola, que puntual-Le digo con una sonrisa, mi ansiedad esta full, y creo que el no nota por como aprieto la caja del vestido.

-Hola, ya sabes como soy- Dice abriendo la cajuela para meter la maleta dentro de ella, luego abre mi puerta.

-Que caballero- El solo me sonríe y asiente.

Miro el auto por dentro, la verdad no me sorprende lo limpio que está, aunque no es la primera ves que estoy en este auto, pongo en mis piernas la caja con el vestido dentro, no quiero que le pase nada.

El camino lo hacemos hablando de distintas cosas, se siente bien tener un amigo.

-Llegamos-Le sonrió con burla

-Mira que no lo había notado- Digo sacando mi lengua y mirándolo con burla.

-Tonta- Yo solo puedo reír.

Veo que donde estamos es una especie de parqueadero, pero se puede ver la puerta principal de la casa, salgo del auto con el vestido envuelto en mano, y veo que Sebas lleva mi maleta y la suya.

Entre más nos acercamos, más nerviosa me siento.

Cuando estoy frente a ella, dirijo mi mano al timbre.

Mierda, mierda, mier...

-Buenas noches señora Lucía- Me dice Lili.

-Buenas noches Lili, ¿Cómo estas?, te presento a Sebastián un amigo.

Veo como ella se sonroja, y estira su mano en dirección de Sebastián, este le corresponde con una sonrisa.

-Mucho gusto- Dicen ambos a la vez.

Entró a la casa y se siente el cambio de temperatura, además de escuchar muchas voces riendo y conversando, llegó a la estancia donde se encuentran los novios con sus respectivos familiares.
 
Todos me observan y dirigen sus miradas hacia Sebastián.

-Buenas noches- Cortó el silencio.

La primera en colocarse de pie sin creerlo, como si hubiera visto un fantasma es Laura, mi exsuegra, ella y yo siempre nos llevamos bien, siempre me vio como su hija.

-Mi niña, por fin vuelvo a verte...-Dice dándome un abrazo fuerte.

Yo solo puedo, aspirar su olor tan característico y devolver el abrazo con la misma intensidad aunque apachurre mi caja, que en estos momentos es lo de menos.

-Estas hermosa- Dice viéndome, hasta que dirige su mirada a Sebas.

-Que guapo muchacho, yo soy Laura- Dice dándole un beso y un abrazo.

-Un gusto señora Sebastián Russo- Contesta con una sonrisa de esas encantadoras.

Solo puedo rodar los ojos, es muy coqueto mi amigo, aprovecho que ellos se enfrascaron en una conversación para buscar con la mirada a Sara, la cual ya estaba observando la escena,  me sonríe y me da la mirada de...

Te lo dije.

Emprendo mi camino hacia la pareja, y saludo de beso a Robert  y Sara.

-¿Cómo estas?- Pregunta Robert, luego de la muerte de Alex estuvo muy atento conmigo, y siempre era esa su pregunta.

-Muy bien, estoy tomando terapia hace 5 meses y me ha ayudado mucho- Le digo mientras me siento frente a ellos en un sillón individual.

-Algo de eso me comento Sara, y me alegra muchísimo cuñis- Dice Robert mientras rodea con su abrazo a su prometida y le da un beso en la frente, yo solo le sonrió.

Robert y Felipe siempre fueron muy buenos amigos de mi esposo, sin embargo, con el segundo, desde la muerte de Alex no he vuelto a verlo, con el tuve una conexión especial ya que, el también es medico, con Robert al principio no, pero nos unió su amor platónico por la hermana de su mejor amigo, el sabia que Alex lo mataría cuando se enterara, pero todo al final salió bien.

Pues claro, mañana se casan.

-Mi niña, ven te muestro tu habitación para que te instales-Dirijo mi mirada hacia Laura, sin embargo, observo que Sebas no esta por ningún lado.

-Le entro una llamada-Vuelve hablar Laura y puedo percibir burla en su mirada.

Yo solo asiento, me despido de la pareja y la sigo, ella empieza hablar de sus plantas, pero realmente no le presto mucho atención, mi mente esta cansada y ya van hacer las 11 de la noche.

-Esta es tu habitación, al frente esta la de Sebastián, descansa mi niña, mañana debes estar despierta a las 8, vale.-Dice ella mientras me da un beso en la frente.

-Buenas noches, no debes repetirlo dos veces, sabes que soy como un reloj- Le digo con burla, a lo que ella ríe, mientras camina por el pasillo.

Me adentro cerrando la puerta con seguro, y observo mi alrededor, es una habitación muy sencilla, una cama, con dos mesas de noche a cada lado, una puerta, la cual me imagino dirige al baño, y un pequeño closet para desempacar y colocar mis pocas prendas.

Me acerco al baño y me doy una ducha rápida y quedo profundamente dormida.