12.

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Lo tomo por sorpresa, miraba que la expresión de shoyo era muy seria, el estaba hablando en serio, pero atsumu no podía quedarse a dormir esa noche con el.
El rubio miró hacia otro lado con un poco de pena e inquietud.

— que sucede? — la mirada de shoyo le juzgaba, sentía la pesadez en su espalda.

— no puedo.... Esta noche no puedo.. — hinata le sonrió.

— tsumu, de verdad quiero aprovechar esta oportunidad para estar contigo — lentamente comenzaba a desabrochar los botones de la camisa.

Atsumu trago un poco de saliva, y luego se apartó de él, dejándolo con la. Expresión inaudita y confusa.

— está noche, no puedo hinata — el pelirrojo se sorprendió, y se distanció un poco más del rubio, abrochando su camisa de nuevo.

— está bien, no voy a insistir más, entiendo.... No estas preparado para acostarte conmigo — dijo en un tono serio, shoyo aceptaba las cosas y comprendía la inexperiencia del rubio.

— shoyo-kun no es eso... Es solo que-

— esta bien tsumu, lo entiendo, no debes darme ningún tipo de explicación — se acercó al rubio y le dio un beso — no estas listo, eso es todo — le sonrió, pero eso no cambió la expresión en el rostro de atsumu.

Sin embargo hinata no le tomó importancia, ambos salieron del establo.
Se despidieron en la entrada trasera del palacio.

El hambre de hinata jamás desaparecía, husmeando por la cocina hasta ser encontrado por una mucama, quien amablemente le sirvió un plato de comida.
Subió a su cuarto y como era costumbre, miraba cuando el rubio se retiraba del palacio.

Miró cuando llegó el auto, está vez nadie bajo a recibirlo, el solo se subió.

Hinata estaría solo por dos dias, no tendría entrenamientos, de hecho, ninguno de la guardia los tendría por órdenes de sasha, la pasaría aburrido, ya que su hermanita natsu se había retirado con sus padres.

Y al llegar el anochecer en otra parte del reino, en el hogar de la duquesa arlet, madre de los gemelos, llegaban de invitados.

El Márquez Real al lado de su esposa e hijo.

Desde hace un tiempo atrás la relación entre ambas familias había mejorado por completo, no solo les había unido la realeza, si no que ahora también serían Unidos como una familia.
Haciéndose presentes en aquel lugar, e iniciando con el banquete que tenían preparado para esa noche tan especial, sirvieron copas de vino en aquella mesa.
Y con la educación necesaria brindaron.

—quiero proponer un brindis— todos alzaron las copas— por esta maravillosa cena —

—salud!! — opinaron todos.

— yo quiero Proponer un brindis, por la unión de nuestros hijos — imitaron el acto anterior.

—salud!! —

— y yo, quiero proponer un brindis — osamu se puso de pie, tomó la copa de vino y miró hacia dónde estaba shinsuke kita,elevó su copa y ezbosando una sonrisa.

Lo miró con amor y melancolía, sus ojos marrones y su cabello albino siempre le gustaron mucho, le recordaba a la primera vez que se conocieron, el tiempo se detuvo cuando lo vio bajar de aquel carruaje real, y aunque eran niños, sintió admiración y respeto hacia el que era unos años mayor, aún siendo plebeyos kita-san les trató como iguales, el rostro de  shinsuke se vio reflejado en los ojos de osamu, entendió que el sería el único en su vida.

Volviendo de los recuerdos, osamu míro su  propio reflejo en aquella copa de vino, se estaba derrumbando por dentro, miró al frente y se maldijo por lo que iba a decir.

— brindó, por la relación de mi hermano con kita-san, les deseo toda la felicidad del mundo — tomo de un solo trago toda la copa.

— salud!!! — los únicos que aceptaron con alegría y emoción fueron los padres de los tres, osamu se retiro de la mesa, el rostro del albino siempre estuvo dirigido hacia el suelo, y atsumu, solo fue detrás de su hermano.

La confusión se creó en aquella mesa, no comprendían la actitud de ambos miya.

— podemos retirarnos? — preguntó kita-san, sus padres adoptivos fruncieron el ceño, se miraron entre ellos, pero conocían muy bien a su hijo, cada vez que tenía la mirada baja, algo estaba sucediendo.

Agradecieron la cena y se disculparon con el duque y su esposa.

Y en el rincón del segundo piso, yacía osamu sentado en el, abrazando sus rodillas cubriendo su rostro...

Atsumu se sentó a su lado.

— no quiero hacer esto samu — lágrimas rodaron por sus mejillas.

— y yo no quiero perder a mi familia tsumu — el peligris alzó su mirada, sus ojos estában rojos y cristalizados.
— es por el bien de ambos —

— kita-san esta sufriendo, tu estas sufriendo, yo estoy sufriendo..... Y shoyo.....el va a odiarme —

— su cumpleaños es en unos días, solo aguanta un poco más, después de eso tu y el ya no estarán en una relación...... Después de todo el cumple 16.... —

— el dejará de quererme? — osamu lo Miró.

— tiene que hacerlo —

Ambos hermanos devastados en aquel rincón, se dieron consuelo y compañía por toda la noche.

Ambos habían perdido al amor de su vida.

Soul MateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora