02.

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Falsas esperanzas.

Harry:

Un mes, un jodido mes había pasado.

Revolví mi pelo incomodo con la música tan fuerte y las caderas de la chica a mi lado que no deja de golpearme.

¡Que no quiero follar contigo, rubia!

Suspiré frustrado. Ella no vendría. Como no lo hizo el domingo pasado… o el lunes de la segunda semana en que la vi. O el día después.

Si, varias veces había frecuentado este lugar para encontrármela. Pero no estaba.

Y a veces, solo algunas noches. Luego de salir del club o cuando no podía dormir, me ponía a recorrer las calles de Londres en busca de ella. Y es que… ¡quería saber quién era!

Luego del tweet, nuestras fans, como siempre lo relacionaron con Louis. Y es que estaba hasta la mierda. ¡Todo lo manipulan!

Ya no sabía cómo sacarme ese careto de gay… nada se creían.

#

Entré rápido al auto. Quería llorar. Necesitaba a mamá y estar en mi cuarto, no salir nunca mas.

Recargué mi cabeza en la ventana y me permití soñar un momento.

‘’Ella estaba recogida en el asiento de mi auto, tenía frio. Reía de todas las estupideces que yo decía. Su risa era adorable.

De repente, ella me miró fijo, su mirada era dulce y comprensiva. De su boca salió mi nombre. Era como miel resbalando por sus labios… Ella era perfecta.

-       Ya llegamos –pronunció adorablemente.

Le sonreí y miré su casa.

-       Lamento que todo haya terminado –comencé- fuiste una buena amiga y actriz. Gracias por sacarme a Louis de encima –ella rió- no mas rumores gracias a ti.

-       Si –Su rostro comenzó a ponerse triste- me llenaste de falsas esperanzas. Fue el limite Harry –me miró dolida- agotaste todas mis fuerzas, todo mi amor.

Yo suspiré, y sentí… como todo se congelaba a mi alrededor. Éramos ella, yo y su dolor.

-       No quiero volver a verte por las mañanas –Dijo brusca-  ni que me traigas a casa. Ni que me busques… Ya no seré mas tu actriz.

Y se fue’’.

Desperté golpeando mi cabeza con la ventana. Ya casi estaba amaneciendo, y yo seguía a las afueras del club. Que imbécil.

#

No había dormido casi nada en el día. Aun así aquí estaba, en el club, otra noche. Esperándola.

-       Vodka con naranja, por favor. –pedí.

-       Que nena –Susurró una dulce voz a mi lado.

La miré, allí estaba. Con un perfecto vestido negro ceñido a su cuerpo y mi gorro verde que no le podía quedar mas desentonado. Pero ella se veía perfecta.

-       Hey –Sonreí, y me sentí idiota. Por un momento casi le digo: ‘’hasta que te dignas a aparecer’’.

-       Guay, ¿mala noche? –Preguntó ella con sus ojos brillantes.

-       Un poco –reí, como no se lo imaginaba- Estoy cansado, solo es eso.

-       Se te nota –se carcajeo- pero te da un toque de misterio –Sonreí- esto es tuyo.

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