"Transmigrando en la realidad" [BL]

9. Shi Minzhe es un inútil

9. Shi Minzhe es un inútil

***

Al llegar la noche, la secta Senshi Xu siempre quedaba en completa tranquilidad. Xu AnRong disipó la barrera espiritual y abandonó la Gran Sala. Fuera, su vista se enfocó en la gran y brillante luna que ahora adornaba el cielo.

Al igual que ella, todo lo que había conseguido se podía clasificar como grandioso. Las batallas del pasado, el sufrimiento y el derramamiento de sangre injusto se vio recompensado, quedando solo ahora en pequeños fragmentos agridulces de antaño.

Sus manos al igual que su cuerpo, estaban llenas de cicatrices. Grandes, pequeñas... Cada una tenía un significado valioso, cual joya preciosa.

Y estaba orgulloso de ellas.

No quería recordar más, así que apartó la vista y comenzó a caminar hacia un lugar en concreto. Y en la calma de la noche, solo el tímido sonido de las botas pisar y la melodía del viento podía ser escuchada.

Le tomó unos minutos llegar a cierta zona, donde la vaga luz de una lámpara de aceite se reflejaba. Allí, había una persona. Esta persona estaba demasiado concentrada como para darse cuenta de que alguien había llegado.

"Tu nueva costumbre no ha desaparecido" aunque la voz de Xu AnRong fue suave y baja como la brisa ligera, Ming Hui se sobresaltó, mirándolo con el ceño fruncido. Debido a la intromisión, dejó caer algunos objetos al suelo.

Estaba en el estudio de Ming Hui.

El estudio no tenía un tamaño muy grande, lo suficiente para dos personas como mucho. Una mesa ocupaba la mayor parte del espacio, donde se encontraban apilados numerosos artefactos relacionados con la medicina y la energía espiritual. En las esquinas, se acumulaban los desechos que ya carecían de uso y en una estantería las hierbas medicinales servían de decoración.

Pero sobre todo, siempre se podía percibir un amargo olor junto a la tinta y el metal.

"¿Qué haces aquí?" Ming Hui le preguntó sin mirarlo, volviendo a centrarse en unos cristales que tenía encima de la mesa.

Xu AnRong dio varios pasos, situándose a un lado suyo.

"Hoy he hablado con Shi Minzhe" en cuanto Ming Hui escuchó ese nombre, su cuerpo se tensó y el color de sus bonitos ojos se desenfocó. A pesar de esto, fingió estar bien y continuó con lo que estaba haciendo.

"¿Qué tiene eso que ver conmigo?" Ming Hui sujetó uno de los cristales en dos dedos, observando cada detalle del mismo. Poco después, comenzó a infundir energía espiritual y el traslúcido cristal se tiñó con un ligero azul.

Las perfectas facciones de Xu AnRong permanecieron inmutables, cruzando sus manos por detrás de su espalda y observando el trabajo de Ming Hui.

"Su energía espiritual continúa sin cambios. Es cierto que su núcleo parece estar dañado. Sería imposible que fuera en contra de alguien"

"Ya habíamos hablado de esto. ¿Qué estás insinuando?" Ming Hui se levantó y lo enfrentó.

"Nada, solo confirmaba los hechos"

Ming Hui sabía perfectamente de que estaba hablando. Le dedicó una mirada profunda y se mantuvo en silencio.

"Aquí tienes"

En la mano de Xu AnRong ahora se hallaba el cristal que recién Ming Hui acababa de fabricar, el cual desprendía un fuerte aire espiritual.

"Lo he condensado de manera que el porcentaje dure un tiempo mayor" ella le explicó sin apartar su mirada.

Xu AnRong jugó con él en sus manos y preguntó: "¿El anterior que me diste no tiene arreglo?"

"Es... Irreparable, además de que he registrado los efectos secundarios del mismo para que no vuelva a suceder. Me quedaré con el defectuoso para desecharlo..." Ming Hui desvió la mirada un breve periodo de tiempo."El que te acabo de dar es una revisión mejorada"

Xu AnRong no dijo nada y guardó el cristal por debajo de su túnica. Ming Hui regresó a la mesa, continuando con las demás piezas.

"Mañana son las pruebas para los nuevos discípulos. Tendremos la reunión una vez que finalice. Deberías ir a descansar"

"¿Acaso me estás diciendo que hacer Xu-zhangmen?" Ming Hui le dedicó una sonrisa sarcástica que no pudo ver. "Lo sé perfectamente, incluso, quiero que llegue el momento"

Ming Hui continuó: "Shi Minzhe es un inútil. Si logra superar cada uno de los obstáculos, deberá de arrodillarse ante los dioses tres mil veces en señal de agradecimiento"

La lámpara de aceite crepitó, la llama en su interior balanceándose ligeramente.

"¿Su núcleo en verdad está roto?"

Esa pregunta tomó por sorpresa a Ming Hui, quien frunció sus labios, su mirada afilandose.

"Sin salvación" contestó con simpleza.

Como la posible mejor médica en Tiantan, Ming Hui sabía lo que hacía y decía, por lo que nadie podía dudar de sus palabras. Xu AnRong no indagó más y se despidió de ella, el estudio regresando a su estado natural.

Cuando Ming Hui volvió a estar sola, tomó los recientes informes que había escrito sobre los cristales espirituales, repasando sus propios apuntes. Fue entonces, que cayó en la cuenta.

Su mal humor empeoró, revisando cada espacio del estudio sin resultado.

"No puede ser…"

En efecto, había perdido su pieza más valiosa.

***

Una bandada de grullas blancas dio inicio a un nuevo día. Los practicantes que vieron a estas aves en el despejado cielo azul mostraron sonrisas brillantes.

"Es la señal de buena suerte que necesitaba, seguro que supero las pruebas sin problema alguno"

"¿Cómo puedes estar tan confiada? ¿Acaso no sabes dónde estamos?"

"¡Por supuesto! Con más razón, confío en mis habilidades"

"Bueno..."

Shi Minzhe escuchaba la conversación que dos jóvenes tenían a su lado. Su rostro estaba serio, observando al numeroso grupo que se reunía en la entrada del bosque Juhua.

Al contrario que la mayoría aquí, Shi Minzhe no estaba emocionado ni feliz. Una presión invisible se había clavado en su corazón. Sabía que muchos ojos por parte de los maestros estaban puestos sobre él. Además, él ni siquiera pudo practicar alguna clase de estrategia referente a su carente energía espiritual.

Cada una de las personas allí presentes se quedó en silencio cuando vieron al grupo de figuras importantes acercarse.

El corazón de Shi Minzhe se hundió todavía más.

La suerte ya había sido echada.