A little amount of milk foam (R-18)

658 48 57
                                    

Ho Seok aún no estaba muy seguro de cómo había acabado así, en una situación tan... extravagante.

Estaba en su cama, recostado ligeramente sobre el cabecero, desnudo de cintura para arriba y con su marido prácticamente sentado encima de él, llevando la camiseta que le faltaba a Ho Seok y nada más.

Sus manos sobre sus pectorales, su pene duro entre ellos, y Ho Seok preguntándose en qué momento había dicho que sí a que eso pasara.

¿Que cómo había acabado así? ¿Que cómo había, siquiera, aceptado terminar en una situación como esa? La respuesta era tan complicada como simple al mismo tiempo.

Todo había comenzado apenas hacía dos días, hacía cuarenta y ocho horas (o tal vez alguna más) donde Ho Seok había tomado la primera decisión que desencadenaría en la situación que estaba viviendo en ese instante.

Al llegar a casa la tarde del uno de diciembre, Ho Seok se había encontrado sobre su mesita de noche una caja llena de pequeños sobres con un número del uno al veinticinco, adornados con motivos nadiveños. Un bonito calendario de adviento. Le había dado incluso ternura que su marido hubiera hecho algo como eso para él.

Al menos, ese sentimiento le duró lo que tardó Hyun Woo en acercarse y decirle que abriera el primero... y, al hacerlo, Ho Seok se dio cuenta de que ese calendario de adviento era un calendario de adviento no apto para todos los públicos. Posiblemente no era apto siquiera para muchos adultos. Él, a sus veintinueve años, no estaba muy seguro de que todo lo apto para mayores de dieciocho fuese apto para mayores de dieciocho, tal vez necesitaban advertencias más altas, un +25, o +30, incluso +40. Ho Seok supo que mentalmente no estaba preparado para muchas cosas de las que había en la cabeza de su marido.

Aunque, a pesar de que a Ho Seok le gustaba quejarse, lo cierto era que había muchas cosas de las que había en la cabeza de Hyun Woo que sí le generaban curiosidad. No lo admitiría posiblemente nunca, por miedo a darle demasiadas alas a Hyun Woo, pero terminó aceptando participar en ese juego con la excusa de no saber decirle que no a esa carita tan emocionada que tenía el amor de su vida, que rara vez parecía emocionado por algo de ese modo.

Los primeros dos días no hubo sorpresas, en el primero Hyun Woo quería que le metiera los dedos para que se corriera sin que estimularan ninguna otra parte de su cuerpo, el segundo había sido el temido día de cubrir a Ho Seok con sirope de fresa, que Ho Seok sabía de sobras que estaría en alguno de los sobres (aunque le sorprendió que fuese tan pronto. Pensaba que su marido tenía más autocontrol). Cuando llegó el tercer día y Ho Seok abrió el sobre verde con ese tres enorme rojo dibujado, aquello sí le sorprendió.

"Dejar que tu marido se masturbe con tus pectorales", esa era la nota, y la expresión de Ho Seok al leerlo fue de estupefacción absoluta. De haber estado comiendo algo, se hubiera atragantado seguro.

Al parecer, todas las bromas de Hyun Woo diciéndole que tenía los pectorales tan grandes que uno podría masturbarse con ellos, no era una broma sino una indirecta.

Ho Seok todavía no sabía por qué no se había negado, pero no se había negado. Y, a decir verdad, viendo ahora por encima de él las orejas rojas de Hyun Woo por la excitación y la vergüenza, su piel morena cubierta en sudor, vestido únicamente con una camiseta que era de Ho Seok, y temblando ligeramente mientras esperaba permiso para moverse, Ho Seok no podía decir que se arrepintiera. ¿Qué tantas fantasías habría en esos sobres, esas que Hyun Woo no se había atrevido a decir en voz alta? Aunque contrariado por lo extravagante de la situación, seguía teniendo curiosidad.

-Muévete, mi amor -le dijo mientras llevaba una de sus manos a uno de los glúteos de Hyun Woo para empujarle un poco hacia él, para dar un primer paso que Hyun Woo no estaba seguro de tener permiso para dar.

Syzygy » MONSTA X. One-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora