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Querido P:

Si le asignas letras a las cartas, esta sería tu carta. Por eso quiero concluir con esta.
Aun no te he dicho para qué te escribo, mi querido P.

Pues ahí va el motivo:
en un mundo de números, tú me enseñaste las letras.
Eras, y eres, único, P.
Y te diré un secreto:
te conozco; sé por qué dejaste, o creíste dejar, de ser una letra.
Pero las letras también cometen errores, y solemos ser las personas las que las colocamos donde no deben, y por eso fallan.
Y las letras, también se enamoran, P.

Vuelve a mí cuando te des cuenta.
La P siempre ha sido mi letra favorita.

C

Querido PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora