Querido P:
¿Te hice algo? Te dolió en el orgullo que te defendiera, ¿cierto?
Me enfadé contigo.
Te defendí, me preocupé por ti, te intenté cuidar, y me lo pagaste de malas maneras.Reconócelo, P, fue una excusa. Lo que te dolió fue ver el amor que empezaba a sentir por ti, reflejado en mis ojos.
Siempre he sido como un libro abierto, y tú eras, y eres, capaz de leer entre mis líneas.