Capítulo 13

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Yuta llegó a la residencia a la hora indicada, como todos los días.

Últimamente Jungwoo estaba de mucho mejor humor, cosa que no creía posible, y se la pasaba tarareando y jugueteando alrededor.

Le gustaba.

Le gustaba verlo feliz.

Casi tanto como le gustaba él.

¿Por qué le había gustado?

¿Por qué su cerebro decidió filtrar la enorme sortija de su dedo anular y le permitió desarrollar sentimientos que no se suponía que desarrollase por el menor?

Bueno. Ya no había nada que hacer. Sólo dejarlo pasar.

Puso la clave de seguridad para darse acceso y entró al jardín.

Apenas había avanzado un par de pasos cuando alguien habló a su espalda.

- ¿Por qué tu cabello es azul? –

Rodó los ojos, pero no podía ignorarlo.

Una parte de él se veía en la necesidad de explicar que no había sido completamente consciente de crear su nueva apariencia. Que en su mayoría había sido un accidente y que no, no le gustaba.

- Tuve una crisis – confesó.

- Te ves bonito. Me gusta –

Ahí estaba.

Estaba siendo un descarado de nuevo.

- No me importa –

Sicheng alcanzó sus pasos hasta quedar a su altura.

- Lo digo en serio –

El japonés bufó irritado.

- Córtalo de una vez, ¿quieres? Se ve feo, me veo feo, ni siquiera se ve como el azul que tenía en mente –

Detuvo su camino cuando el menor se puso frente a él, impidiendo su paso.

- A mí en serio me gusta – subió sus traviesas manos para tomarlo por la cadera.

El otro frunció el ceño.

¿De verdad le gustaba?

¿Por qué le importaba?

No, no le importaba.

Sólo que ese día sentía sensible y había necesitado que alguien le dijera cosas lindas. Eso era todo.

- Gracias – murmuró tímido.

- No es nada – se acercó a besar la comisura de sus labios.

Yuta no tuvo tiempo de reclamar nada cuando el otro ya había desaparecido por la puerta, dejándolo solo.

Sonrió brillante.

¿Y qué?

Se veía bonito. Muy bonito.

Eso era todo lo que necesitaba saber para disfrutar el resto de su día como lo hacía ahora.







Jeno, por su lado, también había llegado después de la escuela.

El menor no había esperado por él, cosa que le hizo pensar que tal vez no quería su asesoría del día.

Le envió un mensaje para saber si era así, a lo que Jisung respondió que no era el caso, que había tenido algo que hacer y lo esperaría en su casa.

Y ahí estaba.

Entró por la puerta principal, siendo recibido por Sicheng.

- Hola, criado – bromeó.

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