CAP 6

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El sol comenzaba a descender, lanzando sus últimos rayos sobre el terreno mientras Bumblebee conducía buscando un lugar seguro para nosotros y los gemelos. El camino fue silencioso, con el ambiente cargado de amargura y con nuestras bocas llenas de aquel sabor agridulce que no se iba.

Entonces algo cambió, no supe identificar el qué, pero de un instante a otro sentí cómo algo cambiaba, una energía que no debía estar se aproximaba y lo alteraba todo. Y por supuesto no me gustó.

—Eh... chicos, mirad esto —dijo poco después Leo, enseñándonos la pantalla de su teléfono. En ella se veía la imagen de un transformer, uno antiguo sin duda, que le hablaba directamente a la humanidad. Los tres no dijimos palabra al verlo y, en su lugar, prestamos atención a su mensaje, en el cual destapaba la verdad sobre los transformers, revelando su secreto, su existencia, y lo peor, que, o entregaban a Sam a los transformers para irse y no volver, o ellos acabarían con la humanidad

—¿Ese es The Fallen? —pregunté a Bumblebee cuando el mensaje terminó. Él hizo un ruido de asentimiento haciendo que un escalofrío recorriese toda mi columna de arriba a abajo—. Estamos jodidos.

—¡Lo sabía! Sabía que lo que ocurría era real— gritó entonces el amigo de Sam haciéndome dar un brinco en mi asiento. Me giré para verlo, molesta, encontrándome con su rostro eufórico que pronto cambió a uno lleno de molestia y traición— ¡Tú lo sabías! —volvió a gritar, señalando esta vez a Sam con su dedo.

—Hey niño —le llamé, hastiada de su actitud—. Deja las emociones para cuando no corramos peligro de muerte.

—Oh no, de eso nada, yo no pienso ser un prófugo de la justicia —aseguró, yo puse los ojos en blanco al escucharlo. Acto seguido su imagen y la de mis amigos apareció en la pantalla bajo la premisa de ser criminales peligrosos— ¡No! —exclamó derrotado. Yo reí por lo bajo— ¿Por qué a ti no te muestran?

—Uno, no iba con vosotros, dos, cierra la boca o te saco por la ventana— amenacé, cansada de él, haciéndolo bufar indignado como si yo fuera la equivocada. Decidí tratar de ignorarlo tanto como pudiese hasta que, finalmente, Bumblebee y los gemelos encontraron un callejón, aparentemente seguro, en el que poder dar por terminado aquel trayecto y poder salir al fin del coche y alejarme de él y sus ataques—. Este sitio parece estar bien para pasar la noche. Mañana veremos qué hacer para solucionar todo este problema, no podemos dejar que los decépticons encuentren a Sam.

—¡Esto es una locura! —siguió gritando el chico, esta vez al aire pues ya nadie le prestaba atención.

—Como no se calle lo mato —le aseguré a Mikela, que se encontraba a mi lado. Ella me miró con súplica rogándome que lo hiciera. 

Al final Sam, sabiendo que la vida de su compañero peligraba si seguía así, se lo llevó a un lado para hablar con él antes de que este, gesticulando de forma exagerada y reclamándole a Sam por mil cosas, decidiera irse hacia a saber dónde. No me importó, si se iba al menos estaríamos tranquilos.

Luego Sam se acercó de nuevo a nosotras. Su rostro se veía decaído y abatido como el de todos allí presentes. El sol ya estaba cayendo y, desde luego, no había sido un buen día.

—¿Estás bien Sam? —preguntó Mikela mientras se acercaba a Sam. Él asintió mientras la abrazaba aunque era sabido que no era verdad.

Yo suspiré con tristeza al verlos mientras me abrazaba a mí misma, las imágenes de la pelea daban vueltas en mi mente, Optimus siendo atravesado por la espada de Megatrón no era la imagen que deseaba recordar en aquel momento. Por suerte Leo apareció nuevamente por el callejón, siendo lo suficientemente irritante como para hacerme olvidar momentáneamente de las imágenes que atormentaban mis recuerdos.

BUMBLEBEE ||2||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora