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Aquella mañana llegó cinco minutos antes de lo normal, debía ir a la sala de maestros y dejarle a Haruka sensei los permisos para el viaje que tenían por el grupo de Bellas Artes, esta se las haría llegar la directora y con eso al fin podría tachar una cosa de su larga lista de pendientes.

Luego de eso siguió con la rutina de siempre, ir a la oficina del Consejo, revisar el itinerario para ese día, lamentar su existencia un rato, querer tirarse desde la azotea y finalmente ponerse manos a la obra con la cantidad de papeleo impresionante que aparecía en su escritorio. Podía apostar que ni la directora llenaba tantas hojas por día.

—Maldición.—Gruñó por lo bajo, su pluma se había reventado dejando su camisa blanca con un manchón azul y aquel informe como si fuera una cartulina.—Lápiz de mierda.

Entre lamentos y más gruñidos tuvo que ir a su casillero por su cambio de emergencia, agradecía mentalmente el hecho de que Emma la haya obligado a tener uno para casos como este o que le llegara la regla en educación física.

En cuánto dobló el pasillo llegando a aquel sector le extrañó ver una pequeña figura tambaleante dando vueltas como si buscara algo. Se quedó viendo por mero instinto de chismosa y frunció el ceño cuando la vio parar frente a su locker, lo observó unos segundos para pasar un papel entre los conductos de aire y posterior a eso salir corriendo a las escaleras contrarias de donde estaba.

¿sería alguna amenaza de muerte?.

Vigilando que no volviera se acercó para abrir la caja de metal con sus llaves, el sobre rosa con estampa de corazón cayó al suelo y rápidamente lo recogió abriendolo ansiosa.

"Querida Kinosuke-sempai;

Si bien no se con exactitud como comenzar esto, ya que es algo completamente nuevo para mi, empezaré por decirle que es la persona que más admiro en el mundo (después de mi hermano Nahoya). Su arduo trabajo en todas las áreas me parece fascinante, aún no puedo quitar de mi cabeza su discurso del primer día, dijo con palabras claras que está es la única vida que tendremos y que debemos aprovecharla al máximo, aquello me hizo darme cuenta de dos cosas.

1.-Que está es mi única oportunidad para decirle que he caído a sus pies desde la primera vez que la vi.

Y 2.-Que si existe la remota posibilidad de tener una vida después de esta la volvería a buscar hasta el cansancio.

Tal vez para usted esto no suene como algo más allá de palabras vacías o versos cargados de superficialidad pero le digo con mi corazón en la mano que mi amor es el más puro y fuerte que podría existir, y por ello, le pido con el alma que por favor considere aceptar mis sentimientos.

Atte; Souta Kawata."

𝗖𝘂𝘁𝗲.-𝑺𝒐𝒖𝒕𝒂 𝑲𝒂𝒘𝒂𝒕𝒂.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora