𝗖𝘂𝘁𝗲.-𝑺𝒐𝒖𝒕𝒂 𝑲𝒂𝒘𝒂𝒕𝒂.

01

—¿Y bien?, ¿le dejaste la carta a Senpai?.

Souta es uno de los tantos alumnos de primer año en Tokyo's highschool, quince años, uno cincuenta y seis, hermano menor de un gran prodigio en karate y danza contemporánea, cabello esponjoso y con más ojeras que futuro, según el. Un chico que aún no supera su etapa de emo con delineado de ojos incluido, debilucho a la vista -y en la práctica también-, a penas sabe expresarse y cuenta con dos amigos que a veces piensa que lo odian más que otra cosa.

—S-Si, lo hice.—Le respondió a uno de ellos, Matsuno Chifuyu, rubio amante de los mangas y gatitos, lo más parecido al sol que ha visto en su corta vida.

—Tranquilizate, Angry, ya verás como Todo va a salir bien.—Lo animó el otro, Hakkai, un chico pelón el cual tenía una hermana en penúltimo año al igual que ella.

Desde el segundo que pisó la escuela y ella estaba recibiendo a todos con una sonrisa en la cara y palabras amables junto al resto del centro de alumnos cayó literalmente a sus pies.

Si, se tropezó con una de sus agujetas que estaba mal atada. Pero esa es otra historia.

Llevaba tres meses obvservandola a lo lejos, admirando su brillo entre las sombras y se sentía bien con eso, es decir; ¿qué más podía hacer? Que Sakura-Senpai se fijára en él era imposible a sus ojos.

Y ahí es donde entra el dúo de papanatas que tenía a su lado en la mesa de la cafetería.

Pues, con el descaro que tenían, tomaron una hoja de su diario en donde se le confesaba de la manera menos cursi que podía -ya pueden imaginarse las peores- y la firmaron con su nombre obligandolo a meterla en un sobre y ir a dejarla a su casillero.

Un plan suicida, básicamente.

—Kai. tiene razón, ella va a aceptar ¡Ánimos, hombre!.

—Disculpen, chicos.—Una voz femenina tras ellos le heló la sangre al pobre peliturquesa y hizo a los otros dos sacar chispas de emoción.—¿Me prestan a mi kohai un momento?.

Si, el suicidio sonaba buena opción para él en esos momentos.

—¡Claro que si, senpai!.—El Matsuno lo obligó a levantarse, literalmente estaba temblando. Definitivamente no esperaba que ella lo rechazara el mismo día, incluso hubiera preferido que sólo ignorara aquella confesión para siempre.

Con la cabeza gacha rodeó la mesa llegando hasta donde la más alta estaba.—Sigueme, Souta.

Era ateo pero le rogó a Dios que le ayudara en esto.

[•••]

—Nahoya, ¿Has visto a Sakura-san?.

—La verdad es que no, Ran.—negó el pelinaranja sacando un jugo de la máquina expendedora del pasillo.—Tal vez está en la azotea, a veces sube historias a instagram comiendo ahí.

—Ya fui a buscarla y no estaba, no la encuentro por ninguna parte.—Bufó en un intento de camuflar sus nervios y preocupación.

—Entonces debe estar en el baño, yo que sé.—Se encogió de hombros.—Además, hablas como si fueras su novio.

—¿De qué hablas?, la necesito para que revise unas carpetas, sólo eso.—Respondió a la defensiva, el Kawata rió para sus adentros, ese idiota era tan obvio.

—Si, si, como digas.—Le restó importancia tomando un sorbo de su bebida. Sus ánimos se recompusieron al ver la cabellera larga de Hakkai en la parte de atrás de la cafetería, bingo.

Sin siquiera un "hasta luego" a su compañero caminó lo más rápido que pudo hacia el de sudadera verde hoja, no le extrañó verlo con ese chico de primero A, Chifuyu, por lo que sabía era compañero de clases de su prima Hinata.

Tanteó terreno quedándose una mesa más allá, estando seguro de que claramente no lo habían visto, intentó agudizar lo más que pudo su oído para escuchar de que estaban hablando.

—Hablando en serio, Kai, tengo fé de que resultará, si no dejo de leer Horimiya.

—No lo sé, Chifuyu, estoy comenzando a pensar que tal vez no fue la mejor idea obligar a Angry a darle esa carta.

—¿De qué hablas?, él simplemente podría no haberlo hecho, Pero lo hizo, debemos tenerle confianza.

¿Confianza?, ¿Carta?, estuvo a punto de ir con ellos al notar que la conversación no era del todo importante cuando Hakkai volvió a abrir la boca.

—Si, tienes razón. Además Sakura-san y Angry hacen muy  buena pareja.—eso bastó para que casi se ahogara con su propia saliva.

¿Quien diablos es Souta y por qué hace buena pareja con la chica que le gusta desde que tiene memoria?.

—Hakkai, ¿Dónde está Sakura-san?.—Al llevarles por detrás notó el claro escalofrío del Shiba, este en sus adentros tragó duro al escuchar la voz del Haitani. Estaba muerto, muerto, muerto. Y si no lo mataba Ran ahora lo iba a matar su hermana.

—Sakura-Senpai está haciéndose novia de Souta ahora mismo, ¿Y tú, eres?.—¿cómo era posible odiar tanto a una persona de la que recién tiene noción?, no lo sabía pero estaba seguro de que si lo veía lo iba a matar.

—¡Chifu-!

—¿Dónde está?.—Cuestionó interrumpiendo a su "amigo" con su voz gruesa y firme llena de frialdad.

No podía creer que el que pensó que era su amigo, casi como un hermano menor, de toda la vida, hermano de su mejor y única amiga; lo había traicionado de esta manera, siendo que ellos eran los únicos en saber de su boca lo enamorado que estaba de la pelinegra.

—Se fueron en dirección a la terraza.—Volvió a decir el Rubio.

Sin perder otro segundo salió hecho humo del lugar.

—¿Por qué esa cara, calvo?.

—Por que ahora Ran va a matar a Angry y de paso me va a matar a mi también.