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—Quince minutos, perfecto.—Canturreó la pelinegra dejando la última carpeta llena en el archivador, estaba ansiosa, su cita con Souta estaba literalmente a la vuelta de la esquina.

Más bien, del pasillo.

—¿Te irás antes, Sakura-chan?.

—Si, Draken-kun.—Asintió hurgando uno de los cajones buscado sus audífonos.—Tengo una cita.

—Vaya, suerte entonces.—Le dedicó una sonrisa que claramente correspondió.

—No la necesito, tengo condones en la mochila.—Bromeó agitando su mano en forma de despedida mientras abría la puerta.

—¡El lunes quiero saber los detalles!.—Lo escuchó gritar ya estando afuera, rodó los ojos divertida, sin duda alguna los chicos del club de karate son un caso. Apresuró su caminata para llegar al salón de la clase 1-A, aquella que no sabía porque estaba llena de idiotas.

Sin contar al peliturquesa, claramente.

Como si la hubiera estado esperando, la campana dio fin a aquellas aburridas clases, la puerta no tardó más de dos minutos en ser estrenduosamente abierta y que por ella saliera una mini estampida de pre pubertos.

—Sakura.

—Soy tu Senpai, Mikey.—Le corrigió al mocoso cuñado de su mejor amigo.

—Si, si.—Le restó importancia el pequeño rubio.—¿Kenchin está en la oficina?.

—Como siempre.—Afirmó.—Llevatelo a casa aunque sea a rastras, no ha comido nada desde el almuerzo.

—Ese idiota.—Bramó por lo bajo, ni siquiera recordaba las veces que Emma le había dicho que tenía que comer bien.—¿Irás a su casa el fin de semana?.

—Lo que se ve no se pregunta.—Sonrió maliciosa, el departamento de aquel se había vuelto su segundo hogar.

—Entonces nos vemos, fea.

—¡¿Eh?!.—Volteó indignada.—¡¿A quién le dices fea maldito Gremglin?!.

Aquellos gritos llamaron la atención de un pecoso y lindo ojiturquesa que aún estaba dentro del salón, arreglando sus cosas calmo como siempre solía hacerlo.

"Si vino", pensó sonrojandose, echó el resto de sus materiales en su mochila a la rápida para salir lo antes posible, al hacerlo se encontró con su Senpai apoyada en la pared mirando en dirección a la salida.

No sabía cómo era posible que alguien se viera tan hermosa sin siquiera intentarlo.

—Souta, tardaste.—Le dijo juguetona.

—Lo siento, p-pensé que no vendrías.—Bajó la mirada avergonzado.

—Me ofendes, pequeño, yo jamás dejaría plantado a alguien que no fuera Draken.—Respondió recordando aquellas veces que lo dejó esperandola horas en el parque cerca de su casa, en su defensa no tiene buena memoria.—Vamos, quiero llevarte a un lugar.—Le extendió su mano al menor.

Souta se sintió cohibido pero aún así la tomó, tenía que levantarla un poco y su suéter enorme casi cubría amabas.

En la salida los murmullos no se hicieron esperar, más aún después de el rumor que circulaba;

"Sakura y Ran salían pero él la engañó con Kaori en la fiesta de Izana."

La de ojos avellana tomó Con fuerza la mano del chico, intentando transmitirle confianza, si algo había notado es que al menor de los Kawata le causaba bastante conflicto el ser el centro de atención, por no decir que lo descompenzaba. Lo sacó de ahí lo más rápido que pudo ignorando un par de llamados y saludos, había prioridades. Este sólo se dejó arrastrar nervioso pero agradecido de que no hayan tardado demasiado, a pesar del frío otoñal sentía su cara y manos arder como nunca.

—Estoy segura que amarás este lugar, pequeño.—Afirmó, no es como que le haya pedido ayuda a Hinata para saberlo, claro que no, todo era su mérito.

Estaban fuera de un cat café que habían abierto hace poco, se había enterado por la colorina que su Kohai tiene un gusto enorme por los gatos y definitivamente eso iba a ser un acierto seguro.

En cambio el menor se sintio ahogado de la nada, si bien la información no era errónea había un pequeño detalle; es alérgico a ellos.

[•••]

—En serio lo siento, todo fue culpa de Hina, ella no me mencionó que eras alérgico.—Murmuró por lo bajo lo último, avergonzada.

Ahora tenía a un Souta lleno de ronchas rojas en sus manitos, habían corrido a comprar una pomada y ella quería llorar por el fracaso de su idea.

Terminaron comiendo una cajita feliz en el McDonald's.

—N-No se preocupes, tampoco tenía como saberlo.—La consoló calidamente con sus mejillas sonrojadas. Él a pesar de todo estaba sumamente feliz, Senpai había intentado hacer una cita muy bonita, tal vez se sentía un poco culpable por arruinarla pero el ver que ella no se enojó en ningún momento termino por acallar el sentimiento.

—¿Tienes alergia a algo más?, digo, no quiero cometer el error dos veces.—Rió de si misma ya tomándose como chiste, si algo aprendió en la vida es a reírse de sus desgracias, Así duelen menos.

—A la cebolla.—Abrió su boca sorprendida, Souta pensó que iba a burlarse así que se hizo pequeño en su lugar.

—¡Yo también lo soy!, de todas formas no nos perdemos mucho, es asquerosa.—Arrugó su nariz mostrando su descontento ante aquella verdura.

—Tienes razón, no es buena.—Relajó su expresión el chico, calmo. En todas las veces que habían hablado ella jamás se había burlado o reído de él, todo lo contrario, siempre intentaba hacerlo sentir cómodo.

Si antes estaba enamorado ahora la veía como si fuera un ser divino.

Su corazón latía muy rápido, tembló al tomar una papita y echarsela a la boca.—Souta, ¿dónde quieres salir la próxima vez?.—Casi se atragantó.

—¡D-Donde usted quiera Senpai!.—Chilló sin poder moderar el tono por los nervios que lo invadieron.

Ella quería volver a salir con el, ¿acaso estaba soñando?.

—Pues van a haber un festival de música pronto.—Comenzó Sakura, llevaba meses queriendo ir pero había un pequeño problema, bueno, en realidad más de uno.—¿Crees que tus padres te dejarían acompañarme a Osaka un fin de semana?.

Si, sabía que eran casi tres horas de viaje y que no cualquiera dejaría a su hijo de quince ir con alguien de diecisiete pero sería lindo ir con el peliturquesa.

—Tendría que preguntarles, Pero haré todo lo posible.—Afirmó decidido.

Tan lindo, quería agarrar sus cachetes y pellizcarlos.

—Bien, lo dejo en tus manos entonces.

—¿Qué día sería?.

—Oh, el próximo fin de semana.

𝗖𝘂𝘁𝗲.-𝑺𝒐𝒖𝒕𝒂 𝑲𝒂𝒘𝒂𝒕𝒂.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora