Lo que se mantiene es secreto ciertamente es por no querer que sea revelado, pero hay veces en las que el deseo de decirlo por todas partes es más fuerte que las ganas de mantenerlo oculto.
En el bachillerato todos van murmurando cualquier chisme que escuchan entre los pasillos, mostrando así el interés a su vida propia. Los alumnos estaban en receso, pero no duró mucho pues el timbre empezó a sonar.
— Tomen asiento. — con voz firme enunció la maestra.
— Buenos días profesora, ¿puedo pasar? — un poco agitada se encontraba Kim Jisoo en la puerta tras haber corrido de esquina a esquina del campus.
— Que no se vuelva a repetir.
Los murmullos por el salón de clase no se hicieron esperar: "Es su hija, obvio tendrá preferencia." "Si hubiera sido algún otro estudiante se lo habría negado."
La pelinegra pretendió ignorar todos esos comentarios y aunque lo negara le afectaban.
Dirigió su vista a NamJoon, quien desde que llegó no despegó su mirada de ella, pero después de darle una rápida sonrisa la desvió.
— ¡Silencio! — todos callaron. — Comencemos con la clase.
