[Capitulo 27]

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-Gracias, de verdad muchas gracias, Te amo - le dedicó una hermosa sonrisa, mostrando
su hoyuelo

-Puedo saberlo, esto es muy poco para expresar lo que me haces sentir -. Y dicho
esto, beso esa sonrisa que lo volvía loco.

Le invitó a tomar asiento y mientras charlaban de cosas triviales, sonreían y brindan
Llegando al postre, Singto se paró y extendiendo su mano, pidiendo la de Krist, quien
gustoso la aceptó, El efecto del vino ya empezaba a subir por su cabeza, y sus movimientos eran torpes, de ambo estaban felices, reían a gusto, les gustaba estar así.

Krist logro observar la belleza, el amor, la ternura y el deseo vivo en los ojos de Singto, y sin pensarlo dos veces, poso sus labios en los de su sexi profesor, Al inicio fue calmado, ambos lo estaban disfrutaron, el contacto de sus labios y su cuerpo, pero entre más se encerraban en su mundo, más apasionados se volvían.

Singto empezó a descender sus manos, por la sudadera de Krist, acaricia suavemente su
cuerpo por encima de la ropa, escuchando suaves gemidos de su amado Krist, mientras trataba de mantener el beso, chupando, mordiendo y saboreando aquella lengua que pedía permiso para explorar su boca se dejó llevar entonces, y cuando menos lo pensó, ya estaba arriba del escritorio, sonrío al sentir los labios de su novio y el frío del madera, suspiró, haciendo que sus mejillas se pusieran rojas y cálidas, Singto, contemplo y se excito, se pasó la lengua por los labios y mordió levemente estos.

Sólo un segundo más y empezó a besar el cuello de su chico mientras empezaba a quitar
su sudadera y dejaba marcas muy visibles, empezó descender su mano derecha, acariciando su cuerpo por debajo de su camisa, él salón estaba lleno de gemidos y besos húmedos de ambos, Krist metió la mano debajo de la camisa de su profe, y arañó suavemente su espalda, Pudo sentir que la mano descendía hacia el sur de su ombligo, empezando a enterrar un poco más sus uñas, mientras empiezo a sentir su cuerpo arder en llamas, por los toques, un segundo después, Krist separó de momento a su novio, justo cuando éste, se disponía a desabrochar su pantalón, quedando su mano en el botón

-E-espera… mamá… y - Su respiración agitada apenas y lo dejaba hablar, sin embargo,
Singto le entendió a la perfección, cuando agrego – Avisar

-Tran… tranquilo… amor… -. Le sonrió coqueto y sin retirar la mano de su pantalón, a
decir verdad, del botón -. Ya le he mandado un mensaje, confirmando que… - Suspiró
cuando Krist besó su cuello y dejó una marca notable en su manzana de Adán -. Estabas
conmigo -. Y diciendo estás últimas palabras, se volvió a apoderar de su boca y esta vez,
empezó a quitar su pantalón, junto con su bóxer, Beso sus labios, pero esta vez con más pasión, con mucho más énfasis y urgencia, como si tuviera miedo de que los descubrieran en algún momento, aunque habían puesto seguro, sólo por precaución.

La ropa empezó a caer lenta y sensualmente, al ritmo de la música, se desentienden del
Mundo y cuando menos lo espero, Krist empezó a sentir los dedos traviesos y previamente lubricados, en su tesorito, se sorprendió momentáneamente, ya que los besos, su cuerpo caliente, el de su sexy profesor, lo tenían en otro mundo.

-Eres un excelente alumno Krist Perawat, pero… -. Se detuvo un momento y miró
brevemente sus preciosos ojos -. Necesitas aprender, aún, muchas cosas más, sobre hacer el amor y no volver a provocarme en medio de una clase -. Sin perder tiempo, introdujo uno de sus dedos, en su precioso trasero.

Krist se quejó un poco, al sentirse invadido, pero se relajó y empezó a disfrutar de las
nuevas sensaciones, tan calmadas y románticas, el frío del mueble había desaparecido, y
sólo sentía que otro dedo más lo invadida, llevándolo a la locura, Jadeos constantes escuchaban en el silencio del corredor escolar y murmullos de promesas, un amor para siempre, se escuchaba profesar uno al otro, mientras introducía otro
dedo más, cuando el joven muchacho de piel canela, hubo encontrados punto dulce, sacó con lentitud sus dedos, masturbo tres veces, su ya muy erecto miembro, y tomando un poco de lubricante, empezó a introducirse lentamente, disfrutaba la sensación de estrechez y calidez que sentía cada vez qué Krist se entregaba a él.

[Peraya] Mi Sexi ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora