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Dicen que el mundo ha cambiado,
pero menos mal que entre tú y yo,
no ha cambiado nada...》
-o-

EPILOGO
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La alarma suena temprano pero el reloj no tarda en sonar mucho hasta que Sakura lo destroza con un manotazo de su fuerza incontrolable, y asi es como inicia la mañana del primer día de primavera.

Se arregla, prepara un desayuno ligero y cuando el sol empieza a colar sus rayos por la ventana de la cocina, es hora de despertar a su compañera.

—¡Ino! —toca la puerta con fuerza—¡Ya es de dia!

Ino tiene el sueño pesado, es una costumbre que nunca ha podido perder aunque ya han pasados muchos años desde que abandonaron aquella vida. Cada mañana Sakura toca la puerta con mas fuerza de la necesaria y si la rubia no responde, debe proceder a entrar y sacudirle el colchon.

—¡Ino! ¡Muévete!

Dos toques mas, y la rubia saca la cabeza por la puerta. Adormilada y a medio vestir.

—Buenos días, gracias Sakura.

—¿Hasta que hora trabajas hoy?

Ino se frota la cara.

—Todo el día, es primavera, a la gente le provoca comprar flores ¿Y tú?

—Todo el día, como siempre.

Ino se ríe un poco, y cierra la puerta, al cabo de unos minutos regresa arreglada aunque adormilada. Su cara, con un maquillaje simple, no logra despertarse por completo y Sakura se pregunta si la idea de lo que conversaron la noche anterior es lo que la mantiene aún con ganas de quedarse en cama.

Muerde su tostada, es hora de probar suerte.

—¿Saldrás con Sai hoy?

Los ojos azules milagrosamente despiertan un poco. Un chispazo de vergüenza los hace vibrar.

—Algo así. Le he dicho que no, pero no escucha, probablemente llegará a la floreria a buscarme.

Sakura balancea los dedos por encima de la mesa.

—No entiendo por qué te resiste tanto. Sal con él, está un poco loco, pero te hará bien y lo sabes.

Ino se muerde el labio, tal vez avergonzada, tal vez cansada, Sakura piensa que podrían ser ambos. Las relaciones después de todo solían ser ese tipo de cosa extraña en la gente. Ella no llegaba a comprenderlo del todo, tal vez porque nunca se había enamorado, tal vez porque nunca sufrió lo mismo que Ino.  De cualquier modo, le frustra bastante verla dejar pasar las oportunidades.

—No es eso, es sólo que... Tal vez yo no sea buena para él. Quiero decir, Sai es un artista frustrado, tiene muchos problemas mentales como para estar pensando en mi y en los míos también.

Sakura rueda los ojos.

Sal e Ino se han conocido en la floreria mientras él intentaba comprar flores para alguien. Era la tarea que le había dado su psiquiatra. Ha sido torpe —cuenta Ino— salió con un girasol en la mano y volvió a entrar para entregárselo.

—Tiene ansiedad social, un trabajo con mucha presión emocional, y es torpe. Y aún así está haciendo todo el esfuerzo para estar contigo. ¿No piensas que ambos se merecen?

Ino traga, tiene restos de comida esparcidos por la cara.

—Se merece alguien mejor.

—¿Y no crees que tal vez tú seas lo mejor para él? Por lo menos se honesta con él. Él ha abierto su alma contigo, dale una buena razón para no estar con él.

Cuando florezcan los Cerezos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora