➭ 𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 10: 𝑏𝑖𝑒𝑛𝑣𝑒𝑛𝑖𝑑𝑜, 𝑏𝑒𝑏𝑒́

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 S P E C I A L C A R E S

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. S P E C I A L C A R E S .
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FINAL

Entre palabras bonitas y mimos, Argentina y México cocinaban juntos. Este último estaba muy felíz de ya poder ayudar y hacerle compañía a su solecito, era su parte favorita de todos los días, estar con el amor de su vida.

México sonrió felíz y abrazandolo desde atrás prosiguió a acariciarle el vientre.﹘Te amo﹘le dijo luego de darle un besito en los labios.

Argentina sonrió y le contestó con múltiples besos tiernos.

Todo iba a bien hasta que Argentina borró su sonrisa.﹘A-ah﹘se quejó sorprendido.

México se asustó y lo miró preocupado.﹘¿Q-qué pasó, solecito? ¿te lastimé? ¿te golpeaste?﹘le cuestionó bastante preocupado y asustado.

Argentina soltó una risita pero la calló con un grito seguido de su respiración agitada.﹘S-se... ¡SE ME ROMPIÓ LA FUENTE!﹘le avisó sintiendo unas contracciones horribles.

El Mexicano al oírlo sintió su cabeza dar vuelta por unos segundos, atónito y emocionado, sus emociones se revolvían en su estómago. Pero reaccionó cuando Argentina le dió un golpe en la pierna.﹘¡NO MAMES! ¡MI HIJO ESTÁ POR VENIR!﹘gritó felíz, pero cambió su expresión a lo segundos.﹘Chinga﹘expresó y se agachó para tomar a su esposo y ayudarlo a ponerse de pie.

En el trayecto Argentina no paraba de quejarse y maldecirlo por haberlo embarazado. Claro que no se arrepentía, solo eran los dolores del momento que lo hacían hablar.

Con apuro y cuidado, el tricolor lo llevó hasta afuera donde lo subió a su auto y lo acostó el los asientos traseros.﹘Tranquilo, mi amor, te llevaré al hospital, aguanta﹘le dió ánimos y le dió un besito antes de dar la vuelta y subirse al lugar del conductor.

Lo encendió con rapidez y comenzó su camino al hospital.

En el camino llamó de urgencia a uno de sus amigos y le pidió que le cuidara la casa mientras estaba ausente.

Ah e iba con el corazón en la boca, oír los gritos y quejidos de Arge no le causaban algo bonito.

Ah e iba con el corazón en la boca, oír los gritos y quejidos de Arge no le causaban algo bonito

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No tardaron en acercarse algunos enfermeros cuando entró al hospital con Argentina en brazos. Ellos de inmediato supieron lo que pasaba cuando vieron su vientre y toda su ropa inferior mojada. Le dieron atención inmediata.

Él no hizo más que seguirlos hasta la sala de parto, que gracias a la petición de Arge pudo ingresar sin problema.

Jamás pensó que ahí dentro viviría el infierno donde tuvo que aguantar los gritos, apretones en sus manos, ganas de vomitar y casi un desmayo.

Pero luego se sintió en el paraíso cuando escuchó silencio por un segundo seguido del llanto de su legítimo hijo.

Todo pasó en cámara lenta para él; ver como su hijo era sostenido por un doctor era casi glorioso.

Apretó suavemente la mano de su esposo y sonrió muy felíz cuando, después de envolverlo en una manta, los doctores lo acercaron a sus brazos.

Lo tomó entre sus brazos con las lágrimas al borde de salirse y rió conmocionado. Aunque el bebé lloraba desesperado, traía paz y mucha alegría a su corazón.

Le dió un besito en la frente y aquella lágrima no pudo evitar caer por su mejilla lentamente.

Se giró un poco y pudo divisar a su esposo llorando a mares. Rió felíz y lo acercó a él para que lo tomara entre sus brazos. Sorprendentemente su hijo dejó de llorar.

Se secó las lágrimas y se agachó un poco para abrzarlos a ambos y darles un besito cargado de amor.

﹘Los amo﹘les dijo y los abrazó dejando escapar todas sus lágrimas de felicidad.

﹘Los amo﹘les dijo y los abrazó dejando escapar todas sus lágrimas de felicidad

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Aah no soy buena para esto 🤧

SPECIAL CARES [AU] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora