Porque Killua es de Gon
Y
Gon de Killua
No puede haber otra persona dentro de aquella hermosa ecuación.
Historias cortas y un tanto más largas del Killugon/Gonkillu
2/2 Recomiendo volver a leer la primera parte de este two-shot
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Killua veía con cariño al moreno que estaba a unos metros de el riendo con aquel chico de cabellos rubios. Desde aquella vez que ayudo a Retz podía decirse que ambos era amigos y eso lo ponía feliz no buscaba gustarle, simplemente quería estar a su lado como un amigo.
— ¡Hola Killua! —la joven rubia se sentó en el lugar de Gon haciendo que Killua se sentará derecho y la viera con curiosidad.
— Hoy iremos a jugar voleibol, ¿vas con nosotros? —preguntó con una sonrisa —. Será después de clases.
— Yo... —claro que quería, pero había un gran problema. Su familia; su madre a pesar de ser bastante liberal con él no dejaba que se tardará mucho al llegar a casa todo por los rumores que en el pueblo azotaban. Pero, ¿podía ser un poco rebelde? solo sería por este día —. ¡Claro!
— ¡Bien! —la chica sonrió con alegría para después comenzar a platicar con él de cosas diferentes. Ambos tenían muchas cosas en común y le gustaba sentirse así, por fin empezaba a tener algo a lo que podía llamar amigos.
Las clases pasaron hasta que el reloj marcaba la hora de la salida, el grupo de amigos salía de la institución con alegría, iban a ir a las canchas del pueblo, que daban gracias porque también estaba una cancha para que jugarán voleibol.
Killua se sentía como todo un rebelde, su corazón iba rápido por la adrenalina de no ir a su casa y mejor ir a jugar con estos chicos que eran increíbles, Kurapika hablaba atrás con Leorio acerca de una clase en particular, Retz tenía uno de sus brazos enganchando en el brazo de su mejor amiga Bisky quien hablaba del último libro que había leído con la atenta mirada de Gon, mientras tanto Killua caminaba a su lado con una sonrisa escuchando las conversaciones sin meterse en ellas, era mucho mejor escucharlas.
Pronto llegaron a aquel lugar y el juego no se hizo esperar, las risas no se hicieron sonar por las canchas. Killua estaba encantando, amaba esto.
Se sentía bien, libre y feliz. Cosa que en casa no era así, desde la partida de su hermana. Nego con la cabeza, no pensaría en eso, no se pondría triste estando con sus amigos.
Pronto el cansancio azotó a los jóvenes que cayeron en el pasto rendidos, comenzaron a platicar de más cosas hasta que las chicas decidieron ir por algunas botellas de agua acompañadas de Kurapika, por su parte Leorio iba ir a dejar el balón en el depósito del lugar además de pagar la renta de este mismo, dejando a ambos chicos solos.
— Me alegro que hayas venido Killua —dijo el moreno con una sonrisa, esa sonrisa que tanto le gustaba.
