Renjun miró a Jaemin como si tuviera monos en la cara y habló.
-Como si esto fuera una jodida comedia romántica, Na Jaemin.
-Bueno, técnicamente lo es.
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Donde Huang Renjun y Na Jaemin, quienes luchan por ser el mejor promedio de su...
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Renjun regresó con unos pantalones cortos puestos y volvió a acurrucarse en el sofá.
—¿Y ahora qué se supone que debemos hacer? ¿Mirarnos las caras hasta que nos enamoremos mágicamente? —preguntó malhumorado el chino mientras se cruzaba de brazos.
—O podríamos intentar más formas para despertar...
—No, ni se te ocurra, me niego a hacer algo como tirarme de las escaleras otra vez.
Jaemin rodó los ojos. Por lo menos él estaba buscando soluciones, parecía que Renjun ni lo intentaba.
—Entonces qué, no perdemos nada por intentarlo aunque sea una vez más —mencionó Jaemin mientras se hundía más en el sillón.
El mayor se quedó callado un rato antes de hablar —¿Qué tienes en mente?
—Un susto —dijo e hizo que el mayor levantara una ceja —¿Qué? Es como en las pesadillas, un susto es suficiente para que te despiertes rápidamente.
—Creo recordar que dijiste algo parecido con las escaleras.
El coreano puso los ojos en blanco —Podríamos intentarlo por lo menos.
—¿Y cuál es tu idea entonces? Si nos asustamos entre nosotros ya sabremos que pasará algo y no nos asustaríamos del todo —Renjun lo miró a los ojos aún con su ceja levantada y una mirada arrogante.
—Habría que pensarlo...
Después de unos segundos en silencio Jaemin sintió un peso en sus hombros y a alguien posicionarse rápidamente frente a él.
Tenía el rostro de Renjun a tan solo unos centímetros del suyo propio, mirándolo directamente a los ojos con una pizca de desafío en ellos.
—¿Q-qué haces?
Las piernas de Renjun estaban a cada lado del cuerpo del contrario, manteniéndose de rodillas frente a él, pero sin sentarse en su regazo.
—La peor pesadilla de un hetero, que un gay se les insinúe —sonrió con malicia el mayor.
Jaemin tartamudeó un poco antes de hablar, pero los labios del contrario lo distrajeron.
No eran demasiado diferentes a los de una chica, es más, Renjun tenía rasgos bastante delicados, así que suponía que no debería ser muy distinto.
Una pequeña venganza no estaría mal.
Con una mano tomó la cintura del otro para bajarla y hacer que este quede sentado sobre sus piernas, totalmente sorprendido.
La mano restante, por otro lado, tomó el cuello de Renjun y lo acercó peligrosamente a su rostro logrando ver claramente la sorpresa en los ojos del otro.
—Pues creo que tu peor pesadilla es estar así conmigo —murmuró en voz baja mientras clavaba su vista en el rostro del contrario.
El lugar se convirtió en un silencio sepulcral, ninguno dijo ninguna palabra ni hizo algún movimiento.
