Renjun miró a Jaemin como si tuviera monos en la cara y habló.
-Como si esto fuera una jodida comedia romántica, Na Jaemin.
-Bueno, técnicamente lo es.
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Donde Huang Renjun y Na Jaemin, quienes luchan por ser el mejor promedio de su...
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—Deja de nombrar a Jeno.
La voz grave y dura de Jaemin sorprendió al más bajo, estaba de verdad enojado.
Aunque quizás podría jugar un poco con él.
—¿Por qué? ¿Acaso hiere tu orgullo? —preguntó burlón —No te preocupes, si entrenas un poco más quizás puedas ser como él.
Sintió un apretón en ambas muñecas, Jaemin estaba ejerciendo fuerza en ellas mientras las mantenía en lo alto y su cabeza se agachaba a la altura de sus ojos.
—¿Te gusta Jeno? —preguntó en voz baja el menor.
Renjun abrió los ojos sorprendido y dudó antes de negar lentamente. No pudo apartar los ojos de los de Jaemin, lo miraban tan intensamente que se sentía hasta pequeño frente a él.
—Si no te gusta, ¿por qué lo sigues mencionando? Me irrita —murmuró Jaemin mientras acercaba su rostro al de Renjun.
—¿Por qué?
¿Por qué?
No lo sabe.
Solo le molestaba que todo lo que hacía, Renjun lo comparaba con Jeno.
Lo hacía enojar de sobremanera.
Y ni siquiera sabía por qué.
—Acabas de darme un oral, no lo nombres.
Renjun se rio y Jaemin puso sentir sus orejas arder.
De nuevo el silencio reinó el cuarto, esta vez más intensamente, solo se podían escuchar ambas respiraciones agitadas. Ambos rostros eran separados por no más que unos pocos centímetros.
Renjun levantó una ceja y habló —¿Me vas a besar o no?
Jaemin frunció el ceño aún más y se alejó, soltando ambas muñecas del chino.
—Oh, eso sí que no, Na Jaemin.
Renjun se apresuró en colocar ambas manos en los hombros del menor y hacer puntitas de pie, ayudándose con ellas para alcanzar los labios del mayor.
Fue un simple beso casto que Renjun dejó en los labios del coreano.
Jaemin no tuvo ni tiempo de reaccionar cuando ya Renjun se había separado de él.
—Quiero que sepas una de mis reglas —Renjun se acercó al oído de Jaemin y susurró —. A Huang Renjun nunca, nunca, le niegues un beso. Recuérdalo para la próxima, bebé.
Jaemin observó al chino dirigirse al baño dando pequeños saltitos alegre de su cometido.
Pensó en tres cosas.
Primero, ya le había negado un beso a Renjun el día anterior en el sofá.
Segundo, acababa de besar a un chico por primera vez.
