Capítulo 1

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Sábado por la mañana en algún lugar de Japón.

Otro día más de lágrimas. Otro día más de dolor y tristeza.

Otro día donde ella llora con amargura y desconsuelo. Esta vez sentada en el sofá de su ahora solitario apartamento. Frente a ella, sobre la mesa de centro está el final de su matrimonio. Un matrimonio que pintaba para ser feliz, maravilloso y sobre todo duradero.

Tristemente no fue así.

Finalmente el día de ponerle fin a su triste historia de amor llegó.

Un final convertido en papel.

La hoja de divorcio.

Entre sollozos ahogados y temblores, la joven mujer tomó entre sus dos manos aquella hoja de papel con su firma ya plasmada en el.

Una hoja que jamás imaginó tener en sus manos y mucho menos llegar a firmarlo, pero que ahora ya lo había hecho y para nada se le había hecho fácil. Prácticamente estuvo mirando aquella hoja de papel durante por horas y horas en la fría madrugada antes de armarse de valor y estampar su firma.

¡Por Dios! Fue la firma mas difícil y dolorosa que pudo haber hecho en toda su vida. Sobre aquel papel quedaron todas sus ilusiones y sueños.

—E-Eres libre.—Susurró ahora mirando la pantalla de su teléfono donde se encontraba la foto de la mujer que juró amarla para toda la vida—A-Al fin te daré lo que más has deseado...—Y de nuevo las lágrimas cargadas de tristeza y dolor, se deslizaron sobre sus mejillas tal como lo han estado haciendo desde aquel día...—¿Que nos pasó, mi amor?—Preguntó a aquella fotografía que claramente no respondería su pregunta—¿Por qué a nosotras que tanto nos amábamos? ¿Por qué si teníamos tanto sueños y anhelos? ¡¿Por qué!?—Exclamó en llantos desgarrados—¿Por qué Dios?—Dijo sintiendo como ese terrible dolor punzante de su corazón se extendía por todo su cuerpo quemando todo a su paso.

Después de un largo rato de lágrimas mientras veía aquel retrato en la pantalla, al fin tuvo el valor de marcar el número de contacto que pronto tendría que borrar para siempre de su teléfono.

Un tono.

Dos tonos.

Tres tonos.

Cuatro tonos.

Cinco tonos... y al fin la llamada fue aceptada.

—¿Que quieres Chaeyoung?—Contestó la otra persona. No hacia falta verla para saber que estaba fastidiada por esa llamada. En su voz se pudo percibir el malestar que tenía al saber quien estaba en el otro lado de la línea.

—Ho-Hola Minari...—Habló con una sonrisa amarga al saber que era detestada por la otra.

—¿Que quieres?—Habló seca Myoui Mina. La mujer que un día prometió a Chaeyoumg amarla en las buenas y en las malas. La mujer que ahora la rechazaba y despreciaba como si jamás hubiese existido un amor tan hermoso entre ellas.

—Yo estoy bien, gracias por preguntar.—Otra sonrisa amarga embozó para luego dejar caer en silencio un par de lagrimas que de inmediato limpió con el dorso de su sudadera azul.

—No te hagas la chistosa Chaeyoung.—Gruñó la mujer por la línea— Te dije que no me llamaras mas. Entiende de una buena vez que lo nuestro se acabó, yo jamás volveré contigo.—Puntúo severamente.

—No te llamé para pedirte que vuelvas conmigo...—Dijo con dolor en la voz— Y-Ya entendí que dejaste de amarme...—Sus lágrimas limpió mientras temblaba. Ay, como dolía aceptar que el amor de tu vida ya no te amaba.

7 Días (MICHAENG) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora