Capítulo 12

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OSAKA, JAPÓN.

11: 20 am

Después de un viaje en helicóptero por la madrugada sobre el imponente océano y una reunión a primera hora de la mañana, Park Chaeyoung y Son Chaeyoung se encontraban en un restaurante de la ciudad.

—¿Estás bien?—Rosé preguntó luego de ver a su acompañante perdida en sus pensamientos, solo mirando un punto fijo en la mesa —Hey...—La mano movió frente a ella.

—¿Eh?—Chaeyoung la miró sacudiendo levemente la cabeza.

—Te estaba hablando. ¿Todo bien?—Su mirada buscó.

—Ah, perdón. Si, todo bien.—Mintió mostrando una falsa sonrisa, desviando la mirada hacia otro lado que no sean los ojos miel de Rosé.—Estoy bien...—Por supuesto que no estaba bien, hace un par de horas estaba despidiéndose para siempre de la que un día fue el amor de su vida, de la mujer que fue su esposa. Finalmente la dejó ir, soltó su mano... para siempre.—¿Que me decías?—

—Te estaba preguntando sobre los demás documentos que faltan.—

—Oh, si quieres puedo llevartelos a tu casa antes de irme.—

—Eso estaría bien.—Contestó Rosé muy gustosa antes de beber un sorbo de vino. Ahora que sabía que Chaeyoung estaba libre de compromiso no iba a perder la oportunidad de acercarse a ella.—Me da gusto que trabajes con nosotros. Se nota lo buena que eres en lo que haces.—Agregó.

—El placer es mío.—Otra sonrisa fingida mostró Chaeyoung. Solo un par de horas y dejaría todo atrás, mas rápido de lo que planeó, pero eso estaba bien . En un par de horas su nueva vida daba inicio.—Eh... Yo creo que es hora que vayamos a descansar, ¿no crees?—Sugirió sacando su tarjeta de crédito para pagar el total de la cuenta. La chica no había podido pegar un ojo en toda la noche, ella estuvo perdiéndose en los labios de su ex esposa, amando por última vez su cuerpo, estuvo despidiéndose y ahogándose en llantos escribiendo aquella dolorosa carta que le dejó a Mina.

—Puedo pasar a dejarte si quieres.—Ofreció Rosé con una sonrisa cuando Chaeyoung se dispuso a buscar un taxi a las afueras de restaurante —Total, tú oficina queda camino hacia mi casa.—

—Está bien. Vamos.—Aceptó Chaeyoung mas muerta que viva y es que una parte de ella quedó en aquel papel firmando en el crucero.

Por más que dolía debía ser fuerte y seguir, aceptar que Mina dejó de amarla, aceptar que lo suyo fue solo una historia fugaz, una historia sin un "felices para siempre", sin un final feliz.—¿Eh?—A Rosé miró de repente después de una tiempo en el auto donde nuevamente estuvo perdida en sus pensamientos.

—Llegamos.—Informó la chica con una dulce sonrisa adornando su rostro después de haberla tocado por el hombro—¿No te habías dado cuenta?—

—Ah, no. Yo estaba... un poco distraída.—El cinturón se quitó—Gracias por traerme. Te llevaré los papeles cuanto antes.—

—No te preocupes, tómate tu tiempo —Dijo manteniendo esa dulce sonrisa propio de Rosé en su rostro. Un "de acuerdo" obtuvo como respuesta de parte de Chaeyoung antes de verla bajar de su auto.—Te veo después...—Desde el interior del auto le dijo.

—Adiós.—Murmuró Chaeyoung viéndola partir. Ella suspiró y arrastrando los pies a su oficina se dirigió.

Desearía decir que se puso a trabajar, pero no, la chica no pudo contener sus lágrimas nuevamente al saber que jamás volverá a saber nada de Myoui Mina desde ese día.

La chica no era de piedra para no sentir dolor.


*


10 HORA ANTES EN EL CRUCERO.

7 Días (MICHAENG) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora