7 Días (MICHAENG)

Final Alternativo

—Chaeyoung.—Pronunció Mina paralizando a la coreana en su sintió en cuanto el incomparable sonido de su voz llegó hasta sus oídos. ¿Fue su imaginación?—Chae, ¿p-podemos hablar por favor?—Volvió a hablar Mina y entonces Chaeyoung supo que no fue su imaginación, Mina se encontraba allí, en Corea entonces su corazón como loco latió en su interior al saber que su otra mitad se encontraba cerca de el.

—¿Mina?—Pronunció Chaeyoung un tanto confusa y sorprendida luego de girarse hacia ella.

De nuevo estaban frente cuando se suponía que nunca más iba a suceder, cuando todo apuntaba a que después del divorcio jamás se verían otra vez.

Su ex esposa, bueno, su aún esposa porque Mina no había firmado nada, se encontraba de pie a un par de metros al frente con cabello suelto, luciendo una hermosa falda de color violeta y un par de zapatos altos.

—¿P-Podemos hablar?—Insistió la japonesa con el corazón en la garganta. Estaba nerviosa y sobre todo aterrada por lo que se vendría.—A solas.—Agregó posando por un segundo la mirada sobre el brazo de Rosé que aún sostenía a Chaeyoung.

—L-Lo siento, no tengo nada que hablar contigo.—Contestó Chaeyoung clavando el primer puñal en el pecho de Mina.

—Chaeyoung es importante que hablemos.—

—Lo siento, pero creo que tú y yo ya no tenemos nada de que hablar.—Contestó la coreana y a su lado Rosé sonrió en su interior.

—Por supuesto que tenemos.—Mina dijo cuando notó cómo Rosé reforzó más el agarre en el brazo de Chaeyoung—Debemos hablar de lo pasó entre nosotras las dos últimas noches en el crucero, en especial la última que tuvimos en nuestra habitación.—Soltó lanzándole una fugaz mirada a Rosé.
La pobre chica no supo cómo reaccionar ante lo escuchado. ¿Acaso ellas estuvieron juntas, juntas?

Por otro lado Chaeyoung ardió en furia en un instante.

¿Cómo se atrevía a decir eso frente a Rosé?

¿Que pretendía?

¿Quería seguirle dañado la vida después darle lo que más quería?

—Rosie,—Pronunció Chaeyoung llamando la  atención de la rubia después de tomar una bocanada aire—¿Podrías darnos un momento, por favor?—Pidió junto a una pequeña sonrisa.

—C-Claro.—Esta le devolvió la sonrisa soltándose de ella.

—Dile a mis hermanas que voy en un momento, por favor.—Otra sonrisa y el
Corazón de Mina se estrujó en su interior.

—Claro—Respondió la rubia—No tardes.—Le sonrió también y luego hacia Mina se giró dejándole una reverencia y una pequeña, pero malvada sonrisa el cual Mina odió.

Odió a Rosé, se odió a si misma por ser una idiota.

—¿Que haces aquí Mina?—Comenzó Chaeyoung en cuanto Rosé se alejó de ambas—Ya te di lo que más querías.—Pronunció con dolor aunque intentó no demostrárselo, no quería mostrarle a Mina que aún seguía sufriendo por ella.

—De eso quiero hablar contigo.—Contestó Mina tomando aire para así regular su respiración y calmar su alterado corazón.

—Dejé todos los documentos en orden. Cumplí mi palabra.—

—¿P-Podemos hablar en otro lugar... m-más privado?—Pidió lugar de fijarse que desde el interior del restaurante dos pares de ojos le estaban fusilando hasta el alma desde que notaron su presencia.

—No. Habla aquí y ahora. Tienes dos minutos.—La japonesa suspiró. Bien, sería allí en medio de la calle que le pediría perdón.

—Yo...—La garganta se aclaró mientras sus temblorosas manos se aferraron con fuerza a su bolso que colgaba sobre su hombro como si este pudiese sostenerla de no caer al suelo—Yo no he firmado el divorcio.—Reveló de una—No pienso divorciarme de ti.— Chaeyoung el aire contuvo y un leve mareo le atravesó la cabeza. ¿Acaso escuchó bien?