Capítulo 19

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Habían pasado ya un par de días desde que Malfoy había sido dado de alta, al principio fue demasiado difícil lograr que este se fuera realmente pues parecía que se negaba rotundamente a separarse del Gryffindor, pero después de un par de palabras y un Harry bastante cansado, al fin lograron que este se fuera; aunque las visitas del rubio eran constantes, todos los días sin falta a la hora de la comida y antes del toque de queda, una rubia cabellera con un perfecto y pulcro uniforme entraría por la gran puerta de la enfermería acercándose a paso apresurado a la que era la cama de la persona más importante para el, Harry el cuál estaría feliz de verlo ahí, así fueron todos los días que el ojiverde estuvo en la enfermería.

Harry se encontraba feliz, algo abrumado aun pero feliz; esta mañana había despertado con el mismo sentimiento que albergaba en su corazón, felicidad y cuando Madame Pomfrey entro por la puerta directo a su cama no pudo evitar sentirse más contento al escuchar las palabras de la medimaga.

- Señor Potter - dijo Madame Pomfrey.

- Madame Pomfrey - dijo Harry adormilado. 

- Me gustaría hacerle un chequeo más - hablo Madame Pomfrey mientras revisaba unos papeles que traía en la mano; Harry quería protestar, el día anterior le había pedido a Madame Pomfrey que lo dejara ir, que ya se sentía bien, pero esta se negó - No me mire a sí señor Potter - lo reprendió - necesito hacerle este chequeo si desea irse.

- ¿Irme? - preguntó emocionado Harry.

- Así es señor Potter, ya se encuentra en perfectas condiciones, se pude ir hoy mismo, pero antes me gustaría checarlo por ultima ves, por seguridad.

- si, si, si, esta bien - contesto eufórico Harry, estaba cansado de estar en la enfermería, quería irse ya, y aunque no podía ir a la torre donde se encontraba los dormitorios de Gryffindor, regresaría aun lugar igual de importante que con los de su casa, su nueva habitación que compartía con el rubio.

- Muy bien - dijo la medimaga - empecemos - comento para después hacer un par de movimientos con su varita escaneándolo y anotando después en su libreta - parece que todo esta bien, puede irse señor Potter, e intente no regresar demasiado rápido, no quiero verlo aquí pronto.

- Gracias Madame Pomfrey - con ello la medimaga se retiro dejando a Harry solo para poder cambiarse, no sabía que podía hacer, en estos momentos todos estaban en clases, y Malfoy tenía varias horas seguidas, pensando en ello decidió ir a la torre de Gryffindor a esperar a Hermione y Ron, tenían esta hora de clases pero la que sigue era libre. 

Recogió sus cosas, se cambio lo más rápido que podía, que en realidad fue en un par de segundos, no era como Malfoy que duro demasiado arreglándose, el era practico y no se fijaba mucho en su aspecto; termino de arreglarse y salió de la enfermería, primero paso a la habitación que compartía con el Slytherin para poder dejar todas las cosas que Hermione le llevo, más en especifico sus libros y después emprendió camino a la torre de Gryffindor a paso tranquilo.

Al llegar Harry se detuvo enfrente del retrato de la Dama Gorda, desde que llegó a Hogwarts aquel era su hogar, no podía evitar sentir calidez cada ves que estaba aquí, aunque los últimos días se la había pasado encerrado en su habitación.

- Contraseña - dijo la Dama Gorda.

Harry dijo la contraseña y el retrato se abrió dejándolo entrar, entro con paso tranquilo y relajado, sabía que no habría casi nadie ahí, dirigió sus pasas al sillón de la sala común, enfrente de la chimenea y se sentó a esperar a sus amigos.

Ya había pasado una hora desde que había llegado cuando unas risas que conocía perfectamente entraron por el hueco del retrato.

- ¡Harry! - gritó emocionada Hermione corriendo a su lado para poder abrazarlo.

¿yo... tu destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora