Capítulo 26

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Harry había despertado temprano ese sábado, tenía entre sus brazos a Draco, este había colocado en la noche una de sus piernas encima del cuerpo de Harry provocando que una enredadera de extremidades los uniera, una mano de Draco estaba colocada en el pecho de Harry tomando entre sus delicadas manos la pijama de este, como si temiera que se fuera, lo tenía apresado, y su rubia cabeza estaba recargada entre su hombro y la curvatura de su cuello, escondido haciendo pequeñas cosquillas con su nariz a Harry.

Ya habían sido varios día que Harry despertaba y veía aquella hermosa escena, siempre sentía como su corazón se calentaba, se llenaba de un montón de sensaciones que pensó que jamás sentiría, amaba ver a Draco entre sus brazos, amaba verlo mientras lo tenía garrado con una mano en su cintura acariciando esta delicadamente sintiendo la textura delicada y fina de la tela de su pijama, mientras con la otra mano acariciaba sus sedosos cabellos y pasaba delicadamente el pulgar en su mejilla y lo observaba como se removía entre sus brazos sin despertarse enterrando más su cabeza, si definitivamente amaba sus mañanas al lado del ser más hermoso, aquel ser que amaba, que se había robado su corazón sin que el se diera cuenta; y aquellos momentos que pocas veces podía disfrutar ya que el rubio siempre despertaba antes, los amaba, le llenaban el corazón y no podía evitar que apareciera una pequeña sonrisa en sus labios.

Harry no quería despertarlo llevaba varios días algo irritado y hasta de cierta manera triste, y el sabía que era por su padre, le había dicho que no le importaba que si Lucius no entendía, que esa había sido su decisión y que no la cambiaría, que incluso si pudiera cambiarla no lo haría, si Lucius no lo aceptaba pues que así fuera, pero Harry no podía seguir así quería ver a su rubio pretencioso novio feliz, totalmente feliz, no iba a permitir que le trataran de esa manera, y aunque se trataba de Lucius Malfoy el padre de Draco hablaría con el, ya lo había decidido.

Decidido se levanto de la cama intentando no despertarlo, tomo su pierna delicadamente y la coloco en la cama, Draco se removió un poco pero no se despertó, Harry soltó un pequeño suspiro, después tomo la mano que estaba arrugando su pijama y la soltó de ella depositando un pequeño beso en el dorso para después volver a ponerla en su almohada y besar sus rubios cabellos, sonriendo al ver como Draco en automático enterraba su rostro en la almohada donde antes él estaba acostado.

Se dirigió al baño para bañarse, se despojo de su roja Gryffindoresca pijama, como Draco le decía; abrió la regadera y se metió, tenía planeado ir después con MacGonagall a pedirle un pequeño favor, esperaba sinceramente que le ayudara.

. . . 

Harry iba caminando entre los pasillos del castillo recibiendo miradas como siempre, algunas de asombro, pues a pesar de todo, aun no querían creer que el estaba con el Slytherin, y otros con deseo o anhelo, ignorando que Harry tenía pareja el cual era un veela, y le seguían sonriendo coquetamente, Harry solo los ignoraba y seguía su camino.

Llego a la estatua del águila y dijo la contraseña, logrando que esta le dejara subir, el era el único a parte de los gemelos Weasley que sabía todos los pasillos, contraseñas y trucos que había. Una ves dentro toco la puerta de la dirección y escucho un audible "pasen" de la directora MacGonagall permitiendo que entrara.

- ¿Harry? - preguntó curiosa la directora MacGonagall.

- Buenos días directora MacGonagall - saludo Harry muy nervioso.

- ¿Qué te trae por aquí Harry? - pregunto la directora MacGonagall alzando una ceja inquisitivamente.

- Pues vera... 

- ¿Si, señor Potter? - hablando ya más sería.

Harry tomo una bocanada de aire y se armo de valor - Verá directora MacGonagall, me gustaría pedirle un favor - comenzó a contar - Draco ha estado un poco triste estos días, puedo sentirlo - admitió, a pesar de que solo un veela puede sentir cuando su pareja esta en peligro, a sido lastimada o alguna otra emoción que lo ponga alerta, el era su destino así que también podía sentir las emociones de Draco, muy diferente a como Draco sentía las de el, Draco sentía sus emociones como propias, eso hacía que un veela supiera que hacer ente un posible riesgo de su pareja, los destinos solo podían sentir la emoción de su destino de manera superficial, pero para el era suficiente para saber que debía hacer algo.

¿yo... tu destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora