Yo soy adicto.

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Me sorprende la capacidad que hemos desarrollado a lo largo de nuestra existencia para rellenar todos los tipos de vacíos que pueblan nuestra mente. Todos hacemos cosas que consideramos malas, pero ninguno de nosotros tiene el valor de despreciarlas, y si me equivoco, pobre del que no sepa en que apoyarse, o afortunado aquel que no tenga nada que tapar.

La palabra "adicción" refleja en nuestra mente la imagen de gente sin alma que pierde la calma por sustancias estimulantes normalmente ilegales, sin darnos cuenta que todos tenemos alguna adicción, desde las mas simples y no reconocidas a las que todos conocemos y no ignoramos sus efectos.

Desde siempre, desde que tenemos consciencia, hemos tenido debilidades, cosas que nos dejan manchas en el corazón que cubren los índices de soledad que pueblan sus esquinas.

Puedo decir que las adicciones no son malas porque no lo son, al menos no todas, y a veces las que creemos menos inofensivas son la que realmente nos hacen daño, porque puede que haya aspectos perjudiciales que afecten a nuestro físico, sustancias que hacen que la preocupación de cualquiera que quiera que tu cuerpo aguante lo máximo posible, se manifieste, pero verdaderamente las que mas deberían preocuparles son las adicciones que sufre tu vida interior, como las que reaccionan en juegos en el que un par de ciegos juegan a hacerse daño, cada vez mas él y cada vez mas ella, sin rastro de ellos. Aún debiendo considerarlas como digo que son, perjudiciales al alma y al espíritu, agradezco su existencia, porque a demás de que ya no tendríamos presente el misterio de su dificultad, ¿qué seria de nuestra vida sin aquello que nos hace pensar que tiene cosas buenas, que nos hace subsistir un día tras otro con el pensamiento que nos recuerda que aún somos fuertes, sin esos dedos miserables que le dan cuerda a nuestro reloj?

Adictos al deporte, que nos hace sentir que no todas las guerras son injustas y que siempre hay algo por lo que merece levantarse y luchar, adictos al amor, que nos hace pensar que lo darías todo por volver a vivir lo que fuese con esa persona, adictos al arte, que saca todo lo que se esconde en el fondo de nuestro pensamiento y crea todo aquello que da belleza a nuestro mundo, adictos a la música, que enciende nuestro corazón y acompaña nuestro pensamiento, adictos a la vida, que seguimos subsistiendo entre reglas y conflictos, apoyándonos en lo que nos fortalece, adictos al perfume de las palabras que entran por la puerta de nuestros sentidos para convertirse en la definición de todo lo que un día quisimos compartir.

Podéis sentiros fuertes porque tenéis presente en vuestra vida la pasión que supone que vuestra voluntad dependa de algo, una adicción.

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⏰ Última actualización: Feb 10, 2015 ⏰

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