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Estuvimos jugando videojuegos por horas, ambos teníamos hambre, afortunadamente mamá subió con dos platos de comida, Hyunjin devoró la comida como si no existiera un mañana. Al terminar decidimos ver una película, optamos por grandes héroes, prefiero mil veces una película animada a una de terror o romance. Hacía algo de frío y ambos estábamos en los extremos del sofá con mantas y almohadones para abrigarnos, aun así podía sentir el frío colandose por entre mi torso y piernas.

-Tienes frío?

-un poco- la verdad es que tenía mucho frío, tanto así que estaba tiritando, pero mi orgullo es grande.

Hyunjin se acercó despacio e hizo que me acurrucara sobre su pecho mientras el me abrazaba, estaba calentito y podía escuchar su respiración tranquila mientras que a mi estaba por darme un ataque debido a los nervios de ese momento. Para mi comodidad decidí rodear su cintura con mis brazos, terminando así abrazados. Estaba tan hundido en mis pensamientos que no me di cuenta en el momento en que la película terminó.

-Hyung, debemos ir a ducharnos, en un rato debemos irnos- dije sin mirarlo, estaba demasiado nervioso como para hacerlo. 

-Quedémonos así un rato más si? solo un momento más- ambos nos mantuvimos en silencio, era un silencio cómodo, ninguno tenía que hablar, el aura en ese momento era simplemente encantador. 

luego de unos minutos nos separamos pues debíamos alistarnos, mi madre tenía muy buenos gustos en cuanto a vestuario, no me sorprendía el hecho de lo lindo que era mi traje y estaba completamente seguro de que el de Hyunjin sería igual o incluso más lindo que el mío. 

Aunque no debería de pensar de esta manera de el, porque seguro el solo me ve como su hermanito menor, Hyunjin se verá genial en el traje, aunque se ve bien con todo lo que usa, parezco idiota hablando así de el, pero estoy seguro de que me gusta. 

Oh, mierda, el me gusta

Acabo de admitir que me gusta Hwang Hyunjin

Jodido Hyunjin y sus jodidos encantos 

Unos toques en la puerta me distrajeron de mis tontos pensamientos, al abrir la puerta me encontré a Hyunjin mirando mal a su corbata. 

Mirando mal a su corbata

-sucede algo?- pregunté con una mueca demostrando confusión, el ya estaba vestido y yo no siquiera me había duchado. 

Mierda, realmente se veía bien. 

-me ayudas con la corbata?

-el grandioso Hwang Hyunjin, no puede ponerse la corbata?- dije que sorna

-sigue burlándote y el conejo gigante queda decapitado- señalo el peluche gigante que probablemente ocupaba un cuarto de mi cama. 

-vas a matar al peluche por el que nos conocimos?- dije mientras le ponía la corbata, una pequeña sonrisa apareció en su rostro

-eres demasiado lindo- dijo mirándome, de hecho mirando hacia abajo, me llevaba tan solo unos cuantos centímetros, pero la diferencia era notoria

-deberías dejar de decir cosas así como si fuera lo más normal- dije levantando mi rostro encontrándome con sus ojos fijos en los míos

-no puedo evitarlo si es a ti a quien se los digo- claramente me sonrojé y el se río de mi 

-debo ducharme, así que fuera de mi habitación

-iré con tu madre, me ofreció galletitas- asentí con la cabeza y cerré la puerta de mi habitación mientras el bajaba las escaleras

me duché lo más rápido posible, pues ya se estaba haciendo tarde, mi traje estaba correctamente colgado en mi armario, simplemente lo agarré y me vestí. Al rato mamá invadió mi habitación con las chicas que arreglarían mi cabello y maquillaje, otra vez, podría jurar que de aquí a unos cinco años estaré calvo de tantos químicos que le ponen a mi cabello, una vez se lo dije a mis padres, papá me dijo "si quieres podemos dejar de hacerlo" mientras que mamá me dijo "la belleza cuesta cariño" no esperaba otra respuesta de ella, siempre creyó que estar bien arreglados daría una buena impresión de nosotros, no estaba tan errada, aparte de ser conocidos como una de las familias más ricas en Corea, éramos vistos como íconos de la moda, gracias a mamá.

Predestinados  «Hyunin»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora