Predestinados «Hyunin»

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Llegamos a casa y me sorprendió el ver a mamá en la sala con lágrimas en los ojos, pero a la vez sonreía. Hace unas horas apenas podía levantarse de su cama y dar unos cuantos pasos, pero ahora estaba en la sala de estar, con una sonrisa y se le notaba muy risueña. 

- Mamá, ¿Sucede algo? 

- Tu padre despertó.

El olor a tristeza y preocupación que habitaba en casa, fue rápidamente reemplazado por uno de alegría y emoción. Mamá estaba demasiado feliz, podía ver como le agradecía a la luna, que papá haya despertado. 

- Podremos ir a visitarlo mañana.

- Te dije que todo estaría bien, cielo.- Hyunjin susurró mientras me abrazaba, de hecho amaba que lo hiciera, eran momentos muy íntimos entre los dos, pequeños secretos y palabras dulces que nadie más sabría, solo nosotros dos en nuestra pequeña burbuja.- ¿Todo bien pequeño? 

Supuse que lo preguntaba porque no había dicho ni una sola palabra, pero tan grande era mi emoción y felicidad que no podía ser expresada con palabras. Pronto sentí como mis ojos se humedecían y empezaba a ver borroso, a causa de las lágrimas. Mamá sin decir nada, se acerco y ambos nos fundimos en un abrazo, un abrazo lleno de cariño, agradeceré eternamente el que tenga una familia tan cariñosa, comprensiva y amable. 

- Deben ir a descansar, mañana iremos al hospital temprano, así que duerman bien hoy. Descansen, niños. 

- Descansa, mami. 

- Buenas noches, señora Yang. 

- Te he dicho millones de veces que puedes decirme Jihyo, señora me hace sentir vieja y aún soy joven.- dijo reclamándole a Hyunjin

- Pero claro que es una omega joven, buenas noches Jihyo.- ambos se sonrieron y subimos a mi habitación- Mi suegra me ama. 

- Le diré a mamá que la llamaste suegra.- su cara se deformó luego de la pequeña broma- Bien, es hora de dormir. 

Ambos nos metimos entre las mantas, Jin siendo la cuchara grande y yo la pequeña, su brazo rodeando mi cintura y su suave olor a café y menta, arrullando mi cuerpo haciendo que caiga en un profundo sueño, mas antes de caer en brazos de Morfeo pude escuchar dulces palabras. 

- Duerme bien, cariño. Te amo.