1| Hᴀsᴛᴀ ʟᴀ ᴘʀᴏ́xɪᴍᴀ 1/2

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EL ÚLTIMO DÍA DE CLASES, mi último día para escabullirme adentro de los archivos. Necesito saber algo de mi familia, si vivo en los Estados Unidos de América y soy mágica, tal vez mis padres estudiaron aquí en Ilvermorny. Sería bastante bueno que por fin me atreviera a entrar en esa oficina, yo se que allí hay archivos de los estudiantes. No quiero volver al orfanato, tal vez si encuentro a mis padres pueda ir a buscarlos.

— Ya terminado el banquete —comenzó el director, Agilbert Fontaine o el viejo ese—, tendrán su ultima clase y van a ir directamente al tren. No quiero tantos retrasos como el año pasado, ¿entendieron? —todos asintieron, excepto yo. No puedo prometer nada.

Habían unos hermosos platos de Plata, eran grises y elegantes. Los platos tenían estofado, pudín, pastas, filete y cabra. La verdad lo único que como con gusto son las pasta. Si lo piensas, ¿Existe alguien en el mundo que no le gusten las pastas? No. Son el mejor invento humano.

Mire la mesa y mi vista se fue inmediatamente con la pasta de espinaca. Muchísima gente rechaza la pasta de espina por el hecho de tener  espinaca. A mi no me gusta la espinaca, pero es una verdadera bendición ese tipo de pasta. En las salsas pude ver las típicas; Pesto de alcachofas, Tomate, Tomate con carne y aceite. Teniendo tantas opciones se me es difícil escoger, has que pensarlo bien cuando es tu última comida del año. En el orfanato solo nos dan puré y carne de cerdo, en lo personal, la carne de cerdo es un asco.

— Hera, debería dejar de babear y escoger ya una salsa —dijo Dorothy, pero yo le digo Dorotea. Ella se podría decir que es como mi hermana legalmente y sentimentalmente.

Cuando tenía unos tres años una pareja me adoptó. Jonathan y Hesper Arrow. Ellos creyeron que no podían tener hijos, así que me adoptaron. Aunque unos meses después lograron conceder ha Dorotea. Aunque lograron tener a una hija de sangre me siguieron cuidando. Fuimos una familia muy feliz. Cuando yo tenía cinco nos mudamos ha la República Chilena y vivimos felices allí, hasta que las desgracias llegaron. Íbamos viajando a la capital, Santiago, teníamos que ir ha visitar a los padres de Hesper. Nosotros vivíamos en Concepción. Íbamos en el auto hasta que chocaron. Yo tenía diez años, faltaba una semana para mi cumpleaños, el dieciséis de agosto. Ellos chocaron con un camión y lamentablemente fallecieron. Primero falleció Hesper, murió al impacto. Pero Jonathan logró llegar al hospital y mandar una carta al orfanato. Nosotras hablábamos muy mal el español entonces no podríamos comunicarnos muy bien con la gente chilena. Los del orfanato llegaron cuatro días después para ir a buscarnos. Yo volví a al orfanato y la pequeña Dorotea jamás iba a vivir como lo solía ser, nada iba a ser igual. Yo en agradecimiento a Hesper y Jonathan he cuidado a Dorotea como una buena hermana mayor lo haría. Días después llegó el viejo ese o Agilbert Fontaine ha explicarme que soy una bruja y el año pasado le tocó a Dorotea. Un dato que se me olvidó mencionar, Hesper era una bruja y Jonathan un hijo de muggles ingleses.

— Ayúdame, Dorotea —dije en un tono dramático haciendo reír a Dorotea.

— No me digas así, dime Tea o Dora. Dorotea es feo. Y deberías echarle el pesto de alcachofas. Yo prefiero comer estofado de pollo.

— Tu y tus gustos por las carnes, Tea —dije frunciendo el ceño—. Si alguna vez tengo una vaca, jamás te la presentare.

 Si alguna vez tengo una vaca, jamás te la presentare

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Hera  Scamander, El comienzo del nuevo mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora