ramé

144 23 0
                                    

te quiero.

Siendo sincero, siempre me gusto la fama, me gustaba llamar la atención. Estaba claro que no me gustaba hacerlo en el mal sentido, pero sí cuando se trataba de mis habilidades o mi trabajo. Mi madre siempre me decía que yo iba a ser una estrella porque siempre trataba de acaparar la atención de todos a mi alrededor. Sin embargo, lo único que quería en estos momentos era desaparecer y que todos me olvidaran.

El escandalo de las fotos reveladas por Dispatch fue un revuelo en Twitter, muchos fans empezaron a defenderme, otras personas decían insultos, otros sermoneaban e incluso algunos, decían que era una técnica para ganar atención.

Sin embargo, sabía que no era así.

Aquel día por el sentimiento, me había olvidado de tener bien puesta la mascarilla, me había ofrecido en dejar a Minhyuk en la estación, sin que él me lo pidiera, y el abrazo de la cafetería había sido por mis constantes lagrimas en esa tarde.

No había a quien culpar, simplemente fue la peor casualidad que me pudo pasar.

Ni bien salió la noticia Minhyuk se había empezado a disculpar conmigo, pero yo le repetía de que no era su culpa. Al final, los "detectives" del chisme, buscaron mas a fondo la foto donde se veía el perfil de Minhyuk y también lo expusieron. Ambos estábamos metidos en un gran lio.

Mis managers estaban enojados conmigo y mis compañeros tenían miedo de decirme algo porque pensaban que me lastimarían.

Lo único que podía hacer mientras los managers intentaban solucionarlo y buscaban excusas, yo aprendía a tocar el piano a solas.

Mis dedos se deslizaban lentamente sobre las teclas y buscaban "crear" algo tocando notas al azar.

¿Por que me pasan estas cosas?

Mis lagrimas bajaron por mis mejillas mientras seguía tocando cada vez más rápido y desesperado. Sentía que cada vez me hundía más y más y parecía un ciclo interminable. Mis padres habían llamado esperando respuestas y lo único que hacía era colgar el teléfono. 

Algunas fans se habían vuelto en contra mía por "manchar" la imagen del equipo.

Todo se estaba poniendo tan complicado que ni siquiera las pulseritas funcionaban como calmante. 

¿Qué había hecho para merecer esto?

Mis dedos se cansaron y mire a la blanca pared. Blanco...te necesitaba Josh...

¿Dónde estas?

En ese momento, tomé mi teléfono e ignorando todos los otros mensajes y llamadas que tenía, llamé a mi manager personal. Ella a pesar de ser asignada de mi cuidado hace menos de 2 años, siempre me ayudaba al escucharme. No tuve que esperar mucho para que ella respondiera y con una sonrisa afligida, le hablé.

"Creo que quiero renunciar."

Ella no me dijo nada, al parecer, la había dejado sorprendida.

"¿Por qué?"

" Por ser yo."

El silencio reino entre nosotros y cuando creía que ya me había cortado, escucho su voz nuevamente.

"No es tu culpa Han. El querer salir con alguien no es malo. Tú tienes sentimientos y por el hecho de ser idol, no significa que debas de renunciar a ellos. La verdad, quisiera que lo pienses con calma y cuando sepas la verdadera respuesta, me la digas."

Después de eso ella cortó.

Necesitas un abrazo.

Me encogí por mis pensamientos e intente abrazarme a mí mismo ;sin embargo, no era lo mismo.

Llámalo, él te ayudará.

Mis dedos se deslizaron por la lista de contactos y sin pensar en las preguntas que me haría, lo llamé. Uno, dos, tres y hasta cuatro pitidos sonaron antes de que me contestaras.

" ¿Han? "

" Ayúdame."

Después de eso solo cortaste.

Puede que pasaran minutos o incluso horas, pero oí tus pasos torpes abrir la puerta apurado y cuando te vi en el lumbral con sudor, comida en bolsas, un pastel hasta incluso un globo, reí.

¿Por que ahora me sentía feliz por algo tan simple?

Rei por segundos, tu expresión delataba tu confusión y mis lagrimas te alertaron más. En algún punto de mi "risa" había empezado a llorar. Mi voz era apenas un hilo y sólo me aferraba a tu espalda.

No decíamos nada. Lo único que ayudaba a llenar el vacío era los claxon de los carros lejanos y el sonido de las cortinas contra el viento.

Poco a poco mis lagrimas acabaron y te miré. Me sonreías y me limpiabas cualquier rastro húmedo de mis mejillas, parecía que esperabas este momento. 

" Mi querido y dulce Han. ¿ Podrías decirme en que soy bueno para ayudarte ?"

" Sólo quédate conmigo."

Fui directo, tampoco era como si quisiera hablar demás en estos momentos.

"¿Por cuanto tiempo?"

"Siempre."

"¿Siempre?"

"Siempre."





te quiero .- JIHANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora