Hit Me With Your Best Shot

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El día había llegado. El día en el que Mary Mazzello y Tyler Jones unirían sus vidas en sagrado matrimonio. Junto con ese día llegaban millones de preocupaciones que Joe sabía que tenía que enfrentar: la confirmación de todos los servicios, asegurarse de que toda la música esta coordinada con los momentos del casamiento, calmar a la novia para que no huya del altar y organizar a las damas de honor para que sepan los horarios y ayuden. En conclusión, tenía que hacer todo lo posible para que la ceremonia, la recepción y la fiesta no se arruinen por errores de organización.

Mientras el joven daba vueltas por todo el salón gritándole a la florista por teléfono, el lado del novio tenía toda la tranquilidad del mundo: Tyler y Mike mantenían una tranquila conversación sobre el futuro y Ben intentaba quitar una mancha de vino tinto de su camisa, solo empeorando la situación.

-¿Alguno sería tan considerado como para ayudarme con la maldita camisa? –Grito el rubio desde el baño de la habitación, mientras que el dúo del otro lado de la puerta lo ignoraba entre risas -¡A ambos les deseo la muerta, par de idiotas! –insulto, esta vez sin estar seguro de que sus parientes siguieran en la habitación de al lado. Rendido, se quito la camisa para ver si podía hacer algo con la mancha-

Cuando escucho la puerta resonar dentro de la habitación y unos gritos a Mike y Tyler, supo que su salvación había llegado.

-¿Benji? –Pregunto el pelirrojo sin entrar al baño, y el suspiro aliviado al escuchar su voz –Mike me dijo que estabas aquí –dijo abriendo la puerta del baño -¡Dios! –Pego un grito al verlo sin camisa –Estas buenísimo Jones-

-Lo se lindo, gracias al cielo que estas aquí –agradeció con una media sonrisa, pero su expresión cambio al ver como el pelirrojo se enojaba viendo la camisa arruinada

-¿Qué mierda hiciste, idiota? –Grito frustrado, tomando la camisa entre sus manos –Busca lejía –ordeno mientras buscaba un balde-

-¿Eso no dañara la camisa? –pregunto el rubio, y el pelirrojo lo miro con mala cara

-Déjame hacer lo que se hacer o vete –Ben hizo una mueca, y Joe al ver que estaba sin camisa, negó, mientras se movía de un lado a otro, encontró un pequeño balde, lo lleno con la lejía que le había traído el chico y metió la prenda allí –Ahora solo debemos esperar unos 10 minutos –comento en un tono más calmado, mientras él lo miraba con una sonrisa apenada-

-Espera, ¿Cómo aprendiste a quitar manchas de vino? –cuestiono el rubio mirándolo con confusión, mientras el negaba sonriendo, ya había pasado el momento de tensión y solo quedaba la tranquilidad-

-Mi madre tuvo su época en la que reemplazo las drogas por el alcohol –comenzó a contar, mientras el más alto no dejaba de observarlo- Y tenía un precioso vestido blanco al que tuve que quitarle una de esas manchas –sonrió, dirigiendo su mirada al joven –Creo que el vestido sigue en su armario –volvió su mirada a la lejía, mientras esta se tornaba de un color rosado-

-Te ves guapísimo –soltó el rubio, notando que antes no lo había dicho –Estas más que lindo, eres como un ángel –bromeo, todavía admirando su traje color durazno con su camisa blanca desabrochada un poco por el cuello-

-Tú te verías bastante apuesto con la camisa puesta –acuso Joe señalándolo con una sonrisa divertida, aunque tenía que admitir que también se veía bastante bien sin nada-

-Sin la camisa me veo mejor –sonrió, acorralando al bajito, a lo que el soltó una carcajada-

-No te me insinúes ahora, tengo cosas por terminar –reto, señalando a la camisa con la mirada. El rubio solo se echó para atrás con un puchero en el rostro y dejo al chico terminar su trabajo-.

RUMORS [HARDZZELLO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora