RUMORS [HARDZZELLO]

Ｉ Ｃａｎ＇ｔ Ｄｏ Ｉｔ

El día más esperado por casi todos había llegado. En ese día, la mayor parte de las aplicaciones a universidades que los estudiantes de último año habían mandado eran aceptadas o rechazadas. Todos estaban listos, porque a las 11, el correo llegaría a sus hogares, y sus padres les mandarían una foto de lo que la carta de sus deseadas universidades decía. La mayoría habían aplicado en cuatro o cinco universidades, pero algunos estaban tan seguros de sí mismos que sólo lo hicieron en una. Joe era el ejemplo de la primera, habiendo mandado su solicitud al MIT, Stanford, Duke, Brown, la Universidad de California y la esperada NYU. Ben, por otro lado, aplicó sólo para la Universidad de Columbia. Mazzello era un manojo de nervios, y por esa misma razón, no pudo evitar chocar con al menos veinte personas mientras caminaba chequeando la hora cada dos minutos. Entre esas personas se encontraba Ben, quien estaba tan relajado como siempre.

Al chocarse con el más alto, Joe ni se inmutó, pero él lo tomó de los hombros, llamando su atención, y viendo como tenía el entrecejo fruncido y la cabeza gacha- ¿Qué sucede?- preguntó el chico con preocupación, y en ese momento Joe reaccionó, mirándolo a los ojos fijamente y escondiendo sus manos en los bolsillos de sus janes negros-

- Hoy nos responderán a las aplicaciones universitarias- hizo falta sólo ese comentario para que Jones entienda lo que estaba pasando: Joe estaba muy alterado y preocupado por sus posibles resultados, y necesitaba relajarse de alguna manera, pero nunca lo admitiría-

- Joe, todavía son las nueve y media, nadie recibirá nada hasta las once- intentó calmar el de ojos verdes, pero notó que no había afectado su estado al ver como sus manos temblaban e intentaba abrir su casillero sin éxito- Déjame- ordenó, empujándolo levemente hacia un costando, ya que ambos sabían la clave del casillero del contrario. Al lograr lo que Joe no había podido hacer, Ben le dio una sonrisa de confianza mientras que el esperaba que le pase los libros, pero el chico sólo tomó la chaqueta del bajito y cerró el casillero-

- ¿Qué haces?- cuestionó Mazzello todavía confundido, viendo cómo él le quitaba la mochila y le ponía el abrigo- Ben, tengo clases, pásame los malditos libros- ordenó el joven, pero sólo se ganó un encogimiento de hombros por parte del chico, y una sonrisa traviesa mientras rodeaba sus hombros y lo guiaba a quién sabe dónde-

- No te dejaré ir a clase para que tengas un maldito ataque de ansiedad- confesó el rubio, finalmente revelando su plan sobre que se escapen de clases- Te obligaré a no preocuparte hasta que te llegue un mensaje de George o Mary- comentó, y Joe estaba aún confundido por el lugar al que Jones lo estaba guiando-

- ¿Puedes explicarme al menos a dónde vamos?- pidió Francis, mirándolo a los ojos y aleteando sus pestañas, aunque sabía que su ex novio ya conocía todos sus trucos, y era muy poco probable que caiga ante estos-

- ¿Acaso no es obvio?- cuestionó Ben con una sonrisa, mientras ambos subían por las escaleras, y Joe supo que se detendrían en el tercer piso. El animador estaba en lo correcto, y no pudo evitar adorar cada vez más a Ben, porque lo había llevado a que continúen con el mural llena de fotos suyas, ya que sabía que trabajar en eso lo relajaba mucho-

- Gracias, Ben- sonrió Mazzello, finalmente soltando toda la tensión que había dentro de su ser, acercándose al mural y a las fotos que se encontraban desparramadas en una mesa junto al sofá- ¿Continuamos?- preguntó el de cabello rojo con una sonrisa mientras miraba a Ben con emoción, y él le respondió con una sonrisa de felicidad, la cual se debía a poder haber contribuido a lograr que Mazzello se calme-.

Una hora y media habían pasado tan rápido para Joe que para el momento en el que su celular sonó varias veces, lo ignoró para seguir pegando fotos, pero le pareció extraño cuando Ben rápidamente tomó el celular de su bolsillo para revisar el mensaje que había llegado. Mazzello, en ese momento, recordó porqué estaba allí y no en clases, así que corrió hacia la mesa en la que se encontraba su celular, pero no se animó a abrir los mensajes que había recibido por parte de George.