Bloody romance ( Romance Sangriento)

Prólogo

 
POISON HEAR 

          ESTADOS UNIDOS  -1743

Solo suspiro mientras intentaba no perder la conciencia, sangre salía libremente por la herida de mi pecho, comenzaba a marear me y el cuerpo me dolía a horrores.

Explosiones y disparos se escuchaban por todo el lugar, me encontraba a mitad del campo de guerra, muriendo lentamente.

Cerré los ojos, esperando morir pronto para acabar con todo mi sufrimiento.

La oscuridad se abalanzo contra mi, ¿al fin había llegado mi hora?

Y si era así... ¿Por qué todavía no la veía a ella?

¿Es que acaso yo me fui al infierno jaja... Si acaso existe?

- Oh... pobre.... – murmuro una fina voz de soprano cerca de mí.

Abrí los ojos lentamente. Seguía con vida, y al parecer la batalla ya había acabado, no había rastro de soldados en ningún lado – claro, si no contamos a los muertos .

Dirigí mi vista hacia el chico que había hablado. Era alto, vestía de un elegante traje negro con una camisa blanca, su piel era pálida a más no poder y tenía unos ojos de un increíble gris azulejo de los cuales reflejaban preocupación y lastima.

- Pobre... estas agonizando... - susurro

-! Hey Gen! oye hazme caso ¿Qué estás haciendo ? Ya debemos irnos - grito una voz masculina

Voltee  de manera lenta a ver al otro muchacho, este era igual de alto que el otro, solo que su cabello era de un color rubio desgreñado, su piel no era muy pálida y sus ojos eran de color marón intenso.

Míralo Ryusui... no podemos dejarlo aquí... - susurro nuevamente el tal gen.

- ¡Claro que podemos! Date cuenta  ¡Soldados como el mueren todos los días en el campo de batalla!

- Yo no te deje ahí – murmuro Gen de manera reprochadora y a la vez  descarada .

El tal Ryusui se callo y lo miro fijamente durante un rato, no muy seguro para después dar un suspiro derrotado.

- Haz lo que quieras – murmuro de manera desinteresada.

Gen le sonrió, para después agacharse a mi altura y sujetar mi mano.

- Esto va a dolerte un poco, pero cuando pase, estarás como nuevo – me dijo.

Asentí sin poder creer lo que sucedía, mientras cerraba los ojos. No quería morir, aun no.

Un intenso dolor agudo se formo en mi muñeca, arrancándome un gemido de dolor. Era como un par de cuchillas clavándose en mi piel.

Poco a poco el dolor comenzó a incrementarse más y más, era como si ríos de lava pasaran por todas mis venas, era diez millones porciento de  insoportable que inundado mi cuerpo.

Grite de dolor, intentado en vano que este ardor se fuera.

Ahora definitivamente me retractaba, Díez millones por ciento seguro de que quería morir...

Morir para volver a verla....

Y así, lentamente mi corazón se fue apagando por culpa de aquel veneno que  lo consumía
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