Segunda página

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Era viernes, me desperté con la alarma de mi celular para ir a la escuela después de una noche pensando en mi fin, porque se siente como el fin de mi vida.

No desayuné, no me había percatado que ya no tenía comida en mi alacena, no tenía nada para desayunar, apenas tenía dinero en mi bolso, así que decidí desayunar afuera y comer afuera, luego le mandaría un mensaje a Ellos por la tarde para que me den más dinero o comida para todo un mes como es costumbre.

Me bañé, me cambié como siempre y fui a la escuela, llegué más temprano de lo habitual ya que omití mi tiempo de desayuno, así que fui al salón hasta esperar que empezarán las clases, me senté en mi asiento, me puse los audífonos para poner algo de música. Me recosté en la mesa cerrando mis ojos.

No fue hasta que sentí una presencia mirándome fijamente para abrir mis ojos. Y ¡O por dios! Era el mismo chico que me miraba desde que llegué. El solo vio que abrí mis ojos y se asusta poniendo una cara de asombro en su rostro y voltea para otro lado.

Siempre hace eso, cada vez que lo descubro mirándome fijamente voltea para otro lado como si nada hubiera pasado. “¡Valla que este chico es raro!” Pensé. No tardó para que el salón se llenara y llegará el profesor para dar su clase.

Paso el día normal, como siempre: cada hora una clase distinta, luego de unas horas el descanso, el cual aproveché para comer algo, ya que en verdad me estaba muriendo de hambre, era muy temprano y las tiendas no habrian, fue por eso por lo que decidí comprar algo en el descanso y poder comer.

Luego siguieron más clases hasta que, en la última clase, la maestra dice algo que me aterroriza por completo: “Harán trabajos en pareja, elijan a su compañero y luego yo les asignaré el tema a tratar”, obvio yo no tenía a nadie con quien trabajar, no tenía amigos y no hablaba absolutamente con nadie, hasta que la maestra se percató de ello. Al ver que el chico que me miraba fijamente con terror a diario tampoco tenía compañero para el trabajo decidió que él y yo trabajaríamos juntos.

Saben, no me da miedo trabajar con alguien, no es mi primera vez que me encuentro en esta situación, pero el hecho de trabajar con un chico que me mira fijamente en la escuela, eso sí me da un poco de incomodidad y hasta cierto punto miedo.

Terminó la clase, era la hora de ir a casa; estaba guardando mis cosas en mi mochila cuando siento una figura masculina acercarse a mí, yo solo volteé para ver de quien se trataba, y si, era él.

Él chico me pidió mi número con la cabeza para abajo, con una voz tímida, dijo que era para ponernos de acuerdo para reunirnos y hacer el trabajo, era la primera vez que alguien de la escuela me pedía mi número y era la primera vez que le daba mi número a un compañero de la escuela, si, se lo di.

Ya se iba a ir cuando le pregunté que, si estaba libre hoy en la tarde, a lo que él solo asintió, le dije que me mandará mensaje y que yo le mandaría la dirección de mi casa para vernos a las siete para hacer el trabajo, el solo asintió de nuevo y se fue, ¡Pero que chico más tímido!

Llegaba tarde a trabajar, salí corriendo de la escuela para ir al trabajo.

Después de que terminará mi turno, salí de la cafetería, fui a un puesto de periódicos y revistas, seguro ahí conseguía otro empleo.

Iba caminando para mi casa cuando decido revisar mi celular y enviarles un mensaje a Ellos para decirles que ya no tenía comida en casa cuando veo un mensaje de un número extraño, el mensaje decía “Hola, soy Phil, tu compañero de trabajo.”

Le mandé la dirección de mi casa, me tenía que apurar para llegar a casa ya que mi turno terminaba a las seis y media, también le mandé un mensaje a Ellos para decirles lo de la falta de comida en casa, metí mi periódico para buscar otro empleo en mi mochila, guardé mi celular en el bolso trasero de mi pantalón y fui corriendo hasta mi casa.

Hermosa fantasía, Dura realidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora