Era Lunes, y Phil y yo teníamos que presentar el trabajo que hicimos el Viernes.
Para ser sincera estaba más nerviosa por encontrármelo que por el trabajo. Digo, ahora ¿Qué se supone que pasará? Él me cayó muy bien la última vez que nos vimos, pero me sigue preocupando un poco el asunto sobre si escuchó la conversación que tuve con "Ellos" ya que eso puede ser peligroso tanto para él como para mí.
Por otro lado, sigo sintiéndome algo rara al saber que él me miraba mucho antes del trabajo. No sé por que me mira tanto, y no interesa, solo sé que es algo incómodo.
El tiempo estaba a mi favor, ya que cuando llegué al salón la maestra aún no estaba, pero no tardó en hacerse presente. Phil y yo fuimos el cuarto equipo en presentarnos. Pasaron más clases hasta la hora de la comida.
Fui a la cafetería y desde que entre veía como Phil me observaba como siempre. Creo que mi cerebro no estaba conectado a mi cuerpo, porque, aunque mi cerebro me decía que no fuera con él, lo hice.
Me acerqué a él y le pregunté que si podíamos comer juntos. Él asintió.
Trataba de hacerle plática, pero parecía que seguía siendo el mismo chico tímido de siempre. Pensé que nos la pasamos bien la otra vez, con confianza, pero ahora parece que regresó el mismo chico tímido de siempre ¿Qué pasa?
Todo fue tan incómodo desde el comienzo hasta el fin del descanso.
Una vez más el tiempo decidió estar a mi favor, sentí que el descanso pasó muy rápido.
Cuando terminaron las clases salí que casi corriendo de la escuela, pues era mi primer día de trabajo en el restaurante, y aunque primero debía ir al trabajo de la cafetería, quería llegar temprano.
Pensándolo bien, también es mi primer día teniendo al mismo jefe en dos trabajos distintos.
Llegué a la cafetería y parecía que mi jefe esperaba a alguien.
- Hola ¿Esperas a alguien? – Le pregunté sonriente al jefe de mi jefe, que, prácticamente es el jefe superior.
Es raro por que en el trabajo de la cafetería él es el jefe de mi jefe, y en el del restaurante es solo mi jefe, un poco confuso, lo sé.
- Ya llegaste. – Me devolvió la sonrisa.
- ¿Me estaba esperando? – Pregunté yo.
- Para nada. – Dijo un tanto ¿Cómo lo explico? ¿Nervioso?
- Bueno, nos vemos al rato. – Le dije y me dirigí para los vestidores para ponerme el traje del negocio y me puse a trabajar.
Cuando terminó mi turno, fui a los vestidores a cambiarme. Estaba por salir de la cafetería cuando una voz me nombra llamando mi atención, era el jefe de mi jefe.
Se me acercó y me preguntó si podíamos ir juntos al restaurante, que él también se dirige para allá.
La verdad es la primera vez que me pasa esto, se supone que le diga que no para evitar que "Ellos" nos vean si están cerca, pero el camino no es largo, queda cerca, y la verdad no creo que ellos anden por estos rumbos.
Nunca les ha importado mi vida, solo mi deuda con ellos y quien sepa de ello. Además, saben que trabajo acá, y créanme, lo último que quieren es toparse conmigo si no es para la deuda, dinero o comida, así que dudo que estén cerca.
- Claro que sí, jefe – Dije amable y con una leve sonrisa.
- Y no me digas "jefe", nada de eso. Eso solo en el trabajo, pero afuera llámame Adrián. – Asentí con la cabeza. Y es que creo que tiene razón, él solo tiene 20 y yo 17, él es mayor de edad, pero no nos llevamos tantos años para llamarlo "jefe" o "usted" o "señor" siempre.
Caminamos hasta llegar al restaurante. Fui a cambiarme y ponerme el uniforme. Era mi primer día, así que no sabía mucho, no era lo mismo una cafetería que un restaurante, es parecido, pero hay algunas cosas que no son iguales. Me equivocaba mucho, pero ya tenía experiencia en la cafetería, así que sabía cómo solucionarlos, y verdad es que Adrián me ayudaba mucho y me daba consejos. Fue amable conmigo en todo momento.
Terminó mi turno y me fui a casa cansada. Era tarde y aún tenía que hacer tarea, esto era agotador, pero sé que me acostumbraré como lo hice hace 10 años.
Se acercaban los primeros exámenes, y debía de estudiar, si había temas que no comprendía aún los podía entender.
Me desvelé estudiando.Abrí los ojos y levanté la cabeza, amanecí en mi escritorio, pues me quedé dormida estudiando. Agarré mi celular para ver la hora y era tarde, ya no me iban a recibir en la escuela.
Ahora tenía muchos problemas, cuando valla a la escuela me van a pedir una justificación del por que falté a clases y con la firma de mis padres, como "Ellos" se hacen pasar por mis papás deben de llenarlo, y ellos no van a querer y me van a regañar bien feo.
Se preguntarán por que les digo "Ellos" y no "Samantha y Steve", bueno, por el simple hecho de que ellos no se merecen ni ser llamados por sus nombres, y con el corazón de piedra que tiene los dos ni creo que sean humanos.
No tienen idea de las malas personas que son.
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Hermosa fantasía, Dura realidad
Teen FictionElla era nueva en la preparatoria, un año de entrar a la universidad. Sus compañeros nuevos quieren conocerla, pero ella se aleja. Un chico guapo la mira todos los días; al paso del tiempo se conocen y se enamoran, pero cuando él le piden que estén...