eleven.

2K 151 60
                                    

VENOMOUS LIPS.
011. |unexpected company

LA RUBIA MIRABA ASOMBRADA AL HOMBRE QUE TENÍA DELANTE, Y PODRÍA DECIR QUE alguna emoción se abría paso en sus ojos mientras Klaus sostenía si eterna sonrisa a Emilia. El inesperado flash a su vieja vida antes de convertirse en una reina destripadora, una dónde Maya aún estaba viva y otra dónde aún le quedaba una pisca de emoción. Las botas de sus bebidas estaban creando un anillo y grabando en la madera por la cantidad de tiempo que habían pasado observándose el uno al otro.

Lo único que los detuvo del silencio fue la aparición de Stefan detrás de Emilia, envolviendo un brazo al rededor de su cintura y atrayendola hacia el. Stefan apartó sus mechones rubios hacia un lado y mordisqueó su escote expuesto antes de que sus ojos captaran su mirada. Los ojos de Klaus se abrieron un poco mientras tomaba su bebida antes de que volvieran a la normalidad cuando vio los ojos de Stefan.

—¿No me dijiste que tenías un amigo?—Stefan curvó maliciosamente su sonrisa antes de extender su mano hacia el, antes de que ella empujara su brazo hacia abajo.

—No le hagas caso, mi amor. Es solo un accesorio de mi pasado—Emilia miró a Klaus antes que a Stefan, apartándolo de Klaus y dándole la vuelta en contra de sus propios deseos.

Klaus los llamó mientras tomaba un sorbo de su bebida.

—Oh, cariño, Emilia. Sospecho que después de lo que compartimos juntos, serías más amable conmigo, después de todo, estás aquí gracias a mí—

—¿Te convirtió?—Stefan le preguntó a Emilia, que quería desesperadamente alejarse del Mikaelson frente a ellos; porque siempre que un Mikaelson aparezca, nunca podría ser una buena noticia.

Antes de que Emilia pudiera responder a su pregunta, Klaus tomó las riendas de la conversación.

—Afortunadamente no, pero mi hermano tuvo el placer de cortejar a Emilia y convertirla. Aunque mirándolo ahora, parece que yo fuí el desafortunado—

Sus pequeñas manos se cerraron en un puño, se apartó el cabello y se acercó a Klaus. Por la proximidad en la que se encontraban,  los dos conservaron sus rostros de cruel maldad sin dejar que el otro se llevara mejor que ellos. Porque había una cosa que había aprendido con los  Mikaelson y era que su mordisco podría haber resultado en su estilo de vida  de vampiro, pero nunca la preparó para el lado destripador.

—Creeme, al menos tu hermano sabía cómo tratar a una mujer con algo de decencia—Ella le escupió antes de girarse y dirigirse una vez más al lado de Stefan. Aunque antes de que ella conectara sus labios, una nueva voz surgió ante ellos.

—Es bueno saber que has disfrutado de mi compañía—

Emilia estaba a centímetros de los labios de Stefan con los ojos muy abiertos ante la voz que la había enredado muchos años antes. Volviéndose lentamente de nuevo, se encontró con el joven Mikaelson, que están vestido con un bonito esmoquin muy parecido al de su primera noche juntos. No pudo salir físicamente ninguna palabra de su boca, ya que permanecido abierta, y se sorprendió de que no entrarán mosquitos. Los recuerdos de Kol pasaron ante sus ojos y el amor que ambas partes compartían. Uno en el que no sintió vergüenza de seducir al hombre, pero ambos crearon una relación de lujuria y pasión.
Podía sentir que cierta sensación regresaba a su cuerpo, mientras sus ojos se cerraban por un segundo antes de dejar escapar un suspiro.

Con los diversos hombres que la rodeaban, Emilia sintió que su corazón se contraía mientras las diferentes emociones continuaban rodando una por una, uniendo a todos por un período de culpa que la invadía. El dolor era el principal que había sometido por más tiempo; la cantidad de gente que ha matado por puro placer y sin estar de luto por la muerte de Maya llegó como un aire efusivo. Y con cada emoción que aumentaba, Emilia se estaba quedando sin aliento y se sentía mareada por las lágrimas que estaba conteniendo.

—Necesito un poco de aire—Emilia salió corriendo del club y encontró el callejón trasero para relajarse soltando un llanto.

El alivio que sentía por el sufrimiento la ayudó un poco, pero en general no podía vivir consigo misma. Emilia era vengativa y siniestra a veces, pero la única persona que la mantenía cuerda era Maya; a quien ella también perdió y le hizo un flaco favor al continuar por el camino oscuro. Golpeó la pared de ladrillos junto a ella con las manos, dejando escapar la frustración de cada acción que había conmutado debido a su tendencia al destripador, su venganza y su estilo de vida venenoso puro en el que se crío.

Fue a golpear una vez más, pero fue detenida por una mano más grande que la de ella, y la abrazó con fuerza quien sospechaba que era Kol. Relajándose en sus brazos, la sostuvo mientras ella continuaba llorando en su hombro dejando salir todo el dolor.

—No te preocupes, Emilia. Dejarlo salir es lo mejor que podemos hacer. Nuestra humanidad, independientemente de lo que piense cualquier vampiro, es lo más sagrado que tenemos—Kol le susurró mientras ella envolvía sus brazos alrededor de el sujetándolo con fuerza antes de empujarse fuera de el.

—¡Maya murió! ¡Rompí mi promesa! ¡Ella murió porque yo era una estúpida, desconsiderada, vengativa, puta y mentirosa hermana destripadora!—

Kol detuvo su alarde y la agarró de los brazos para colocarla contra la pared de ladrillos para mantenerla en su lugar.

—Todos hemos hecho cosas terribles de las que no estamos orgullosos. Pero esa es la lección, tomar eso y conviértete en una mejor pero después. No eres una causa perdida, Emilia. Aún puedes cumplir la promesa de Maya—

—¿Cómo? ¿Cómo puede un destripador volver de esto?—Emilia gimió antes de que el tomara sus mejillas.

—Ven conmigo. Vámonos lejos de este lugar y de mi familia. Porque recuerdas lo que te enseñé sobre los Mikaelsons—

—Dondequiera que haya un Mikaelson, siempre surgen problemas—Emilia completó la oración antes de dar su respuesta—De acuerdo, vámonos—

Antes de que pudieran alejarse juntos, otra fuerza los detuvo.

—No puedo dejar que te vayas, hermanito—

Kol se volvió enojado.

—¿Que me va a detener, Nik? Sabes bien que no te tengo miedo, Nik. De hecho, es el momento en que nos convertimos en estás bestias y mi padre mató a nuestra madre me escapé de este pavor de familia solo para ser recuperada. ¡Pero he terminado!—
Klaus sonrió antes de acelerar y clavar una daga en su corazón. (Típico de el)

—Si hermano, ya terminaste—

Emilia ahuecó su mano sobre su boca ante el cuerpo de Kol que se estaba arrugando con las venas y antes de que pudiera escapar, Klaus agarró su corazón manteniendola en su lugar. Ella comenzó a hiperventilar cuando la mano de el rodeó su corazón mientras latía rápidamente.

—Oh Emilia, eras mi favorita de todas. ¡Mi hermano no podría haber encontrado otra alma como la suya en la tuya! Es una pena que aquí es donde termina tu historia—Klaus sonrió cuando su mano apretó su corazón con más fuerza y Emilia respiró hondo.

—Puedes dejarme ir, Klaus—Ella suplicó a través de sus gritos—No te he hecho nada, déjame ir—

—Mira, ahí es donde te equivocas mi dulce Emilia. No me has hecho nada todavía. Pero en retrospectiva, puedes convertirte en un enemigo de mis planes en el futuro. Necesito que mi querido hermano sepa quién está a cargo, y por elegir el lado equivocado, eso fue lo que sucedió. Mientras tú salías, Stefan y yo tuvimos una conversación brillante. Después de todo, él es el famoso destripador del que he oído hablar. Y tenerlo de mi lado es una buena idea adversario, pero hay una debilidad y eres tú—

—Me iré y no volveré a encontrarme contigo ni con Stefan. Por favor, déjame ir, Klaus—Juntó las manos en una postura de oración, mientras los ojos de Klaus mostraban que debatía si dejar ir o no a la rubia.

Klaus sonríe inocentemente a Emilia, quien dejó escapar un suspiro cuando sintió su mano relajar si corazón. Inclinó su cabeza hacia un lado antes de agarrar si corazón y arrancarlo ante ella y dejar que su cadáver cayera al suelo.

Su corazón cayó a su lado mientras latía una vez más, al igual que sus ojos antes de descansar y las venas pálidas comenzaron a pagar su cuerpo mientras se marchitaba; sus ojos, mientras aún estaban abiertos, brillaban en comparación con su burla. La mirada una vez malvada se convirtió en un estado inocente de esperanza y paz cuando Emilia se liberó de sus caminos y estuvo en paz con Maya.

ᵛᵉⁿᵒᵐᵒᵘˢ ˡⁱᵖˢ ▸ 𝐒𝐓𝐄𝐅𝐀𝐍 𝐒𝐀𝐋𝐕𝐀𝐓𝐎𝐑𝐄 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora